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Una preocupante falta de gendarmes en los penales del país denunció la Asociación Nacional de Empleados Penitenciarios, luego del suicidio de Carlos Deformes en la Cárcel de Alta Seguridad. De acuerdo a la agrupación gremial, el deceso del llamado "violador de Ñuñoa" ocurrió por la falta de cámaras en la celda del imputado y por la escasez de custodios que lo vigilaran.

 

El gobierno respondió a estas acusaciones planteando que el problema no es la dotación de Gendarmería sino la alta tasa de licencias médicas que tiene la institución que, según el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, fue recibida  "dejada de la mano de Dios" cuando asumió el gobierno de Sebastián Piñera. "Era una institución que no había tenido un proceso de modernización", remarcó asegurando que la actual administración ha aumentado significativamente la dotación de gendarmes en más de 5 mil puestos.

 

"En lo que respecta a la nota que se dio a conocer, producto del suicido, lo que hay que destacar es que tenemos un problema por falta de personal, pero también tenemos un problema muy grande al interior de Gendarmería", afirmó asegurando que en términos de licencias médicas existe un promedio de 25,28 días por funcionario. "Lo que tenemos que hacer es incluir nuevo personal de Gendarmería, lo que estamos haciendo acelerandamente, y por otro lado tenemos que revisar si estas licencias médicas obedecen a stress y agotamiento o se derivan de malas prácticas, contamos con el apoyo de las propias asociaciones", explicó.

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