En su columna semanal publicada en La Tercera, titulada Luna de Miel, el conductor de CNN Chile, Daniel Matamala reflexionó en torno a la figura del presidente de la República, particularmente al presidente Sebastián Piñera y el futuro mandatario, Gabriel Boric.
“Es el centro de la política. Así lo decidió Diego Portales (…) Esa figura sería modelo de conducta, guía autoritaria del orden, y depositaria de los sueños de una sociedad”, afirma en primera instancia el texto.
Respecto al presidente en ejercicio asegura que “perdió poder a raudales. Los cambios más importantes de nuestra época, partiendo por el proceso constituyente, le pasaron por encima”, y sostiene que “su agenda legislativa quedó subordinada a las pulsiones demagógicas de los parlamentarios y los partidos”.
“Piñera convirtió a la presidencia en una institución no sólo impotente, sino también desprestigiada”, escribió el periodista, que enseguida alude al escándalo de Dominga en el marco de los Pandora Papers, y a sus dichos sobre narcotráfico, delincuencia, manifestaciones de octubre, La Araucanía, calentamiento global, pobreza y COVID-19.
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“Usó el podio privilegiado de la presidencia para repetir hasta el hartazgo frases hechas, hasta vaciarlas de cualquier contenido”, sentencia.
En esa línea, Matamala señala que “es increíble la frivolidad de un líder de la República que despliega a militares entrenados para matar en calles copadas por ciudadanos, en un ambiente de altísima tensión e informa esos militares que ‘estamos en guerra contra un enemigo poderoso que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite'”.
“‘Pero ojo, sólo ‘como una frase retórica'”, menciona haciendo referencia a la declaración del mandatario ante la Fiscalía por las violaciones a los Derechos Humanos tras el estallido social.
“Nunca más vimos, salvo en espacios oficiales y obligatorios la imagen de Piñera con la banda presidencial”, indica el conductor de CNN Chile, que posteriormente plantea que “es como si los ciudadanos hubieran decidido salvar la institución separándola de la persona que ejercía y asociándola a futbolistas, artistas o personajes que sí encarnaran sus valores”.
Asimismo, el periodista aborda lo que ha sido la primera semana de Gabriel Boric como presidente electo. “El ambiente polarizado y agresivo hasta el domingo, mutó a una avalancha de valoración a los gestos (…) El asunto escaló tanto que Boric advirtió ‘tengamos mucho cuidado de no idealizar a nadie, partiendo por mi'”.
Premisa con la que el autor de la columna está de acuerdo. “Más allá de los memes, la cruda realidad es que el nuevo gobierno ni siquiera tiene el tercio del Congreso para evitar ser arrasado legislativamente; convive con una Convención que podría recortar su mandato o atribuciones y un panorama económico del terror para 2022″.
“Pasar de esa larga lista de boomers a un millennial nacido en 1986 cambia totalmente la percepción de la presidencia para millones de jóvenes chilenos, muchos de los cuales votaron por primera vez el domingo pasado”, añade.
Al cierre explica que “no es sólo que el nuevo presidente escuche a Nine Inch Nails y haga guiños a los fanáticos de Taylor Swift. Hay, sobre todo, una sensibilidad distinta, que no entiende al presidente como un superhéroe, sino que acepta en él la humanidad de dudar, equivocarse y pedir disculpas”.
“Está por verse si ese modelo de liderazgo logrará ser exitoso. En política, si la primera luna es de miel, las demás suelen ser de hiel. Pero al menos se abre una ventana de oportunidad para que Chile reconecte el muy vivo ideal de la presidencia con el real ocupante de esa banda tricolor”, concluyó.
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