Por Matías Mella Olea
0

Según un estudio realizado por el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), a nivel nacional y considerando 67 playas entre Arica a Chiloé, el 65% de estas presentan erosión, es decir, retroceden entre -0.2 y -1.5 m/año, mientras que el 21% de estas presentan erosión alta (más de 1,5 m/año).

En un seguimiento continuo, el Observatorio de la Costa UC actualizó su estudio, revelando que 10 playas chilenas han duplicado su nivel de erosión desde 2023 hasta 2024, entre las que se encuentran Reñaca, Caleta Portales, Bahía de Concón, Hornitos, Pichicuy, Algarrobo, Bahía de Cartagena, Santo Domingo, Los Molles y Pichilemu. 

La erosión en las playas se refiere al retroceso de la línea de la costa, es decir, una disminución en la distancia que separa al mar del límite de la arena. Las causas pueden ser diversas, ya sea por factores naturales o antropogénicos. 

La investigadora principal de CIGIDEN y directora del Observatorio de la Costa, Carolina Martinez, manifestó que una de las principales causas es producto de la falta de regulación y urbanización extrema: 

“Ha sido un resultado de una despreocupación, de urbanización extrema y desmedida en la costa chilena. Hemos ido urbanizando de manera irracional los ecosistemas marinos costeros y eso ha generado una pérdida de hábitats críticos para biodiversidad pero también para adaptación para el cambio climático (…) como no hay un ordenamiento territorial específico, las costas se están degradando”

En el contexto chileno, factores como el cambio climático, marejadas intensas, urbanización, extracción de arena, deforestación, terremotos y falta de regulación emergen como factores críticos que aumentan el riesgo de que las playas desaparezcan. 

Un problema que no solo afecta la configuración geográfica, sino que también conduce a la pérdida de valiosos ecosistemas costeros, como manglares y humedales, que son hábitats esenciales para la biodiversidad marina y aviar.

Otras playas en peligro

A lo largo del territorio nacional, múltiples playas han sido identificadas con elevados niveles de erosión en el transcurso del tiempo. Durante años, se han registrado cifras negativas en cuanto a los metros anuales como:

En Antofagasta, Bahía Chañaral (-2,04); Coquimbo, Playa Grande – Tongoy (-1,84), Valparaíso, Punta de Tralca (-2,45), O’higgins, Puertecito (-3,78); ;Maule, Pelluhue (-3,00), Bío Bío, Arauco – Laraquete (-1,11); Los Lagos, Puerto Godoy – Maullín (-2,33). 

En busca de normativas

La carencia de normativas en el Congreso y una Ley de Costas que aún no avanza, los precursores en el estudio, a través de una moción parlamentaria, buscan establecer una gestión integral de la zona costera, no limitándose únicamente en los bordes. 

En este sentido, Martínez señaló que “la moción parlamentaria se ingresó a la Comisión de Medio Ambiente del Senado en noviembre de 2022, sin embargo, durante todo 2023 no hubo una discusión frente a ello. También, se entregó una “Ley de Costas” con 70 artículos para el Ministerio de Bienes Nacionales, pero no ha tenido ninguna retroalimentación al respecto.” 

Finalmente, remarcó que “la ley tiene base científica y apoyo ciudadano, pero los grandes ausentes en este aspecto son los tomadores de decisiones y políticos que deben legislar y proteger la costa” 

Con nueve principios fundamentales, la propuesta se centra en garantizar la protección de la vida humana, promover el desarrollo sostenible y preservar los ecosistemas para las generaciones futuras. 

Este enfoque legislativo apunta a crear un marco normativo sólido para la gestión y conservación adecuadas de las costas chilenas, en una carrera contra el tiempo, el cambio climático y la actividad humana sobre el terreno. 

Tags:

Deja tu comentario