Esta mañana, el ministro de Justicia, Luis Cordero, se refirió a la muerte de un niño de 12 años que recibió el impacto de una bala al interior de un automóvil en Pudahuel, hecho que calificó como “lamentable”.
Por motivos que aún se investigan, un sujeto disparó contra el vehículo en el que el menor se encontraba junto a un familiar y otras dos personas. El autor del disparo se fugó.
En ese contexto, el ministro expresó en El Mostrador Radio que este tipo de situaciones “no solo son lamentables, sino que justifican el conjunto de acciones que ha ido tomando el Gobierno con el Ministerio Público para abordar el conjunto de homicidios que ha venido ocurriendo en el último tiempo”.
Además, enfatizó en que este tipo de circunstancias, “el efecto colateral es que se esté comprometiendo a niños, niñas, como víctimas (…) lo que da cuenta todavía de la mayor gravedad”.
Es por esta razón que aseguró que es posible que estas situaciones se traten de disputas territoriales que no solamente requieren ser indagadas, por lo que se debe “actuar oportunamente”.
Cordero enfatizó que como Gobierno “tenemos el gran desafío en circunstancias de estas características es ver resultados pronto, porque está en juego la credibilidad del sistema de justicia“, ya que “las personas evalúan como determinante las brechas de impunidad que se producen cuando no se logró identificar con rapidez a los responsables”.
El retraimiento del Estado en pandemia
Frente a la pregunta sobre los dichos de Eduardo Vergara, subsecretario de Prevención del Delito, que indicó que esta sería la peor crisis de seguridad desde el retorno a la democracia, la autoridad aseguró que “las cifras más o menos están representando eso, no sólo en el ámbito de lo que pueda estar sucediendo en la comunidad, sino que también en el sistema penitenciario”.
Incluso, atribuyó que uno de los efectos que tuvo la pandemia por razones sanitarias fue el retraimiento del Estado, ya que “los focos de la actividad de las policías fue contribuir al control de las políticas sanitarias“.
En esa línea, según Cordero, otras personas ocuparon esos espacios y eso concurre en la participación de estas organizaciones criminales que se encargaron de esa “brecha que estaba habitualmente cubierta por el Estado” y pospandemia el Estado retornó a su función con “una tensión inevitable de organizaciones que distribuyeron el territorio”.
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