Agencia UNO

Jadue: el estatuto de garantías que debe cumplir, es el título de la carta de opinión enviada por el ex ministro e histórico dirigente de la Democracia Cristiana (DC), Genaro Arriagada, a El Mercurio. En el texto, cuestiona la petición levantada por el candidato presidencial del Partido Comunista (PC) a la Falange sobre un “estatuto de garantías” y asegura que el mismo PC rompió dos principios fundamentales en la década del ’70.

El texto comienza diciendo que “en un quiebre tan dramático como fue el golpe de 1973, solo un sectario puede creer que su organización o grupo estuvo libre de culpa. Hubo una responsabilidad de la DC y una muy grande de los partidos que componían la UP. Una de las culpas del PC en la caída del gobierno fue justamente no haber cumplido el Estatuto de Garantías“.

De acuerdo al ex ministro de la Segpres durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, “la DC acordó su apoyo para la elección de Salvador Allende en el Congreso Pleno -que era decisivo- a cambio de que se respetaran dos principios fundamentales: que las FF.AA. tuvieran el monopolio de las arma; y que no fueran infiltradas ni divididas”.

Sin embargo, “el PC atropelló de manera flagrante ambos compromisos. Respecto del primero, lo hizo al crear un poder armado (…) El segundo principio del Estatuto de Garantías el PC lo rompió al comprometerse la infiltración y quiebre del Ejército”, aseguró.

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Arriagada acusó que “crear un poder armado irregular e intentar infiltrar y quebrar el Ejército no solo era la ruptura desleal de un acuerdo, sino un desvarío”.

Una política democrática supone que los partidos no intenten quebrar el monopolio de las armas y no se proponen dividir ni infiltrar a las FF.AA., pues esas rupturas desembocan en la destrucción de las libertades, tienen elevados costos en materia de vidas humanas y arruinan la amistad cívica”, manifestó.

Finalmente, apuntó que “esos dos puntos conforman un real ‘Estatuto de Garantías’ y son una exigencia de decencia cívica que, por cierto, debe alcanzar a todos los partidos, pero en especial a aquellos que, en el último medio siglo, no han estado una sino varias veces en el imprudente juego de las armas”.

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