En los últimos días, nuevas denuncias se han sumado al caso del sacerdote jesuita Felipe Berríos, desde que se dio a conocer que existía un testimonio por actos de “connotación sexual”.

Según reveló La Segunda, se sumaron otras cuatro personas, dos de ellas apoyando los dichos de la presunta víctima que originó la apertura de la investigación canónica previa en la Compañía de Jesús y otras dos son nuevas denunciantes.

Todas tenían entre 14 y 17 años al momento de haber ocurrido los hechos.

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Ante la aparición de nuevos casos, la Fundación para la Confianza ha ido recopilando la información respecto de estas denuncias y se espera que durante la próxima semana se coordinen con la abogada instructora María Elena Santibáñez, quien fue nombrada por la congregación para conducir las investigaciones.

Una de las víctimas, quien hoy tiene 32 años, no pertenecía a los colegios donde Berríos fue capellán y se suma a otras dos personas cuyos relatos eran similares.

El primer caso en denunciar, declaró la semana pasada ante la abogada Santibáñez, y a juicio de alguno de los intervinientes, el testimonio sería “creíble”, la cual empujó para que se haya abierto la indagatoria.

La denunciaste es una mujer casada, con hijos, que pertenece a una familia que generó lazos con Berríos tras vivir el fallecimiento de un familiar. Aquella cercanía se habría originado por la relación de la madre de la entonces menor con el sacerdote.

La primera vez que la víctima conversó sobre el tema fue hace nueve meses, cuando decidió realizar la denuncia en la Fundación que hoy dirige José Andrés Murillo.

Los testimonios que se han ido dando a conocer en los últimos días van apareciendo en la misma línea, en espacios de confianza que mantenía Berríos y que le otorgaban las supuestas víctimas.

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De acuerdo al diario, la abogada Santibáñez ha ido sumando nuevos testimonios para contrastar los dichos de la denunciante. Según reconoció la letrada, el cura ya estaría enterado sobre los hechos que se le imputan. En los próximos días se contempla que se reúna nuevamente con Berríos y su interrogatorio ya estaría calendarizado.

Ante estos nuevos antecedentes, el sacerdote ha mantenido un estricto silencio y solo se pronunció cuando al momento de conocer el primer caso. “He tomado conocimiento de la denuncia en mi contra que ha sido informada a través de un comunicado de la Compañía de Jesús”, señaló.

Otro dato conocido por su entorno es que el jesuita dejó su casa en el campamento Luz Divina de La Chimba, en Antofagasta, y que mientras se realiza la investigación canónica, se dispuso la suspensión del ejercicio público del ministerio sacerdotal para el cura.

 

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