Jadue recordó a hermanos Vergara Toledo y a Paulina Aguirre en Día del Joven Combatiente: “Nada ni nadie está olvidado”

El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, recordó a Eduardo y Rafael Vergara Toledo y a Paulina Aguirre en el marco del Día del Joven Combatiente.

A través de su cuenta de X, la máxima autoridad comunal escribió: “Honor y gloria a la juventud chilena que estuvo dispuesta a dar su vida por la libertad”.

Asimismo, recalcó que “un día como hoy los hermanos Vergara Toledo y Paulina Aguirre fueron asesinados por la dictadura de Pinochet. Nada ni nadie está olvidado“.

Honor y gloria a la juventud chilena que estuvo dispuesta a dar su vida por la libertad! Un día como hoy los hermanos Vergara Toledo y Paulina Aguirre fueron asesinados por la dictadura de Pinochet. Nada ni nadie está olvidado! pic.twitter.com/XoTDi8LFIs

— Daniel Jadue (@danieljadue) March 29, 2024

¿Quiénes eran los hermanos Vergara Toledo y Paulina Aguirre?

Rafael y Eduardo Vergara Toledo, fallecieron en Estación Central, entre las calles 5 de abril y Las Rejas, cuando recibieron disparos por parte de carabineros la noche del 29 de marzo de 1985. Ambos militaban en el MIR.

Segúnla Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Informe Rettig), que investigó violaciones a derechos humanos ocurridos entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, ambos hermanos murieron a causa de politraumatismo por balas.

El cuerpo de Rafael registró un disparo en la nuca a corta distancia, que fue el que en definitiva le causó la muerte, mientras que su hermano Eduardo fue víctima de violencia política.

Paulina Aguirre en tanto, se unió al MIR a la temprana edad de 14 años. Su padre había sido prisionero político y torturado en Calama, mientras que su madre se encontraba exiliada en Suecia, y uno de sus tíos había sido fusilado en Antofagasta.

Según información recopilada por el Museo de la Memoria y Derechos Humanos, la noche del 29 de marzo fue ejecutada por la CNI en un montaje de falso enfrentamiento, en el sector del Arrayán. La versión oficial afirmaba que la CNI la esperaba en su domicilio debido a la presencia de armas en el lugar, y que se defendió con un arma antes de ser abatida.

Sin embargo, la investigación llevada a cabo durante el proceso judicial reveló que Paulina estaba siendo vigilada, que no portaba armas y que fue asesinada a sangre fría.