AGENCIA UNO

A través de Instagram, los familiares del exrepresentante legal de Democracia Viva, Daniel Andrade, compartieron un escrito que les hizo llegar el exdirigente estudiantil respecto a su reflexión acerca de las visitas que recibe en la cárcel de Antofagasta.

El exmilitante de Revolución Democrática (RD) se encuentra en prisión preventiva luego de ser formalizado por los delitos de fraude al Fisco. Esto en el marco del Caso Convenios.

Cabe recordar que en diciembre pasado, en vísperas de año nuevo y a través del mismo medio, Andrade emitió una declaración donde agradeció las muestras de apoyo y tildó su situación como una “injusticia“. Además, dijo estar en “prisión política“.

En esta oportunidad, quienes compartieron la publicación, aseguraron que el escrito corresponde a “palabras que nos hizo llegar Daniel“.

La reflexión de Daniel Andrade sobre las visitas

En el texto titulado “Las Visitas”, Andrade señaló que estas “son un evento especial de otra dimensión, un pulmón que te permite respirar para que no te seques, pero también son veneno, te dan una dosis baja y corta de amor, la suficiente para que después extrañar sea más doloroso”.

En ese sentido, indicó que “antes de este evento te preparas toda la semana para ver de qué vas a conversar, te arreglas, te afeitas e intentas recibirlas con cosas lindas, sus cositas para comer, su termo con agua caliente, el té, el mate, el café, una bebida. Antes de la visita vas a arreglar y limpiar la mesa donde vas a recibirlos”.

“Llega la hora de la visita y todos estamos atentos en la puerta esperando que te llamen al patio de visitas. Empiezan a gritar los nombres y tú tienes la esperanza de que seas el próximo“, agregó.

Asimismo, sostuvo que “durante la visita todo es tranquilidad y felicidad, volver a poner rostro, olor, sonido y presencia integral al recuerdo de tu ser querido. Toda conversación tiene una sensación de irrepetible. Puede ser una anécdota, una lágrima, algún detalle operativo de las necesidades de adentro o afuera”.

En esa línea, citó al cantautor Víctor Jara: “El tiempo pasa volando, pero la vida es eterna en 5 minutos. Entra el gendarme y dice: ‘Se acabó la visita'”.

“Hay un silencio, a veces un llanto casi imperceptible. Nos abrazamos y nos despedimos. Nos forman y nos cuentan. Te queda el corazón apretado y un nudo en la garganta. Tomas las bolsas que te trajeron y vuelves al módulo. Luego, en la tarde noche en la celda, intentas mantener contigo todos los pedacitos posibles de este evento“, expresó.

Finalmente, el exdirigente estudiantil concluyó que “rememorar la risa, el abrazo, una caricia, la historia compartida. Es cuando más se siente la privación de libertad, el no poder compartir, extrañar, no poder estar de manera integral, absoluta, presencial con tus afectos y amores”.

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