Tras vivir difíciles momentos cuando el país pasaba por el peak del coronavirus, miles de adultos mayores lograron doblarle la mano al temido virus que, hasta la fecha, se ha llevado las vidas de casi 800 mil personas alrededor del mundo. No obstante, para muchos, la lucha no ha acabado.
Una vez superada la enfermedad, muchos son los adultos mayores que han debido enfrentar las diversas secuelas que les ha dejado el COVID-19.
Claudia Ríos, subdirectora de salud de Fundación Las Rosas, señala que “nuestros adultos mayores presentan secuelas, como por ejemplo, bajas de peso, disminución del apetito“, entre otros problemas.
Diversos son los casos de personas de avanzada edad que eran semivalentes antes de haber adquirido el virus, y que ahora se encuentran en estado de postración. Son consecuencias de las que aún poco se sabe científicamente.
Don Miguel es uno de los casos. Tiene 85 años, tuvo coronavirus y logró recuperarse. Antes de vivir esta situación, tenía dependencia moderada y ahora quedó con mayores problemas.
“Quedó con más deterioro cognitivo y motor. Es por eso que estamos trabajando en su rehabilitación, realizando estimulación cognitiva, taller de musicoterapia y terapias motoras”, detalla María Esperanza Saldaña, terapeuta ocupacional de Hogar Samaritano.
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A través del equipo de rehabilitación multidisciplinario, se hacen malabares para que adultos mayores como Miguel salgan adelante.
En otro hogar nos encontramos con el caso de la sra. Dolores, una de las más longevas del Hogar San Vicente de Paul: tiene 102 años.
“Es una residente recuperada de COVID-19. Producto de esto quedó dependiente de oxígeno, disminuyó su capacidad pulmonar y también disminuyó su tono muscular“, señala María José Sanhueza, enfermera de esta residencia.
A través de un trabajo integral se les ayuda día a día, para mejorar así su deteriorara calidad de vida. Proteger a estos adultos mayores no es fácil, sumado a que las infraestructuras de los hogares ya no están a la altura.
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Por todo eso, la Fundación Las Rosas, San Vicente de Paul, Conapran y otros 100 hogares sin fines de lucro impulsaron a inicios de este mes la llamada CALLecta Mayor, que busca reunir recursos para estos recintos que se han visto gravemente afectados tras la pandemia.
A pesar de todos los esfuerzos, no se logró la recaudación esperada. Por esto, la campaña se extendió hasta este sábado 22 de agosto como última oportunidad.
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