Se continúa investigando las causas y circunstancias del trágico accidente en el que el expresidente Sebastián Piñera perdió la vida.
El pasado martes 6 de febrero, el exmandatario viajaba en un helicóptero Robinson R44 junto a tres ocupantes: Ignacio Guerrero, Bautista Guerrero y Magdalena Piñera, sobre el Lago Ranco, Región de Los Ríos, cuando la aeronave capotó, provocando la muerte de quien fue dos veces presidente de Chile.
El helicóptero habría estado en el aire por menos de 90 segundos desde que despegó de la casa del empresario José Cox, amigo de Piñera, según información publicada por La Tercera.
Testigos además relataron que la aeronave comenzó a descender y giró en 90° poco después de tomar altura. Peritos involucrados en la investigación señalaron que una de las hélices de la nave tocó el agua, generando un fuerte impacto que inclinó la aeronave, dejándola sin posibilidad de recuperar altura.
Los sobrevivientes, Magdalena Piñera, Ignacio Guerrero y Bautista Guerrero, descendieron del helicóptero cuando este estaba posado sobre el agua y fueron rescatados por dos lanchas, según los antecedentes recavados por Fiscalía.
Aunque el exmandatario desprendió su cinturón de seguridad, se precisó que no pudo salir a tiempo, por lo que terminó sumergiéndose junto al helicóptero. Esta versión fue respaldada por el buzo que logró rescatar su cuerpo, Ricardo González, quien aseguró que no tuvo que forcejear o hacer alguna maniobra especial para recuperar los restos de Piñera.
Los peritajes revelaron la ausencia de comunicaciones desde la aeronave a la DGAC o a la Capitanía de Puerto de Lago Ranco, así como la falta de una “caja negra” que hubiese servido para registrar información crucial sobre el vuelo y el momento del accidente.
En ese contexto, el Ministerio Público anunció que solicitará información al fabricante de la aeronave para investigar posibles fallas de fabricación o eventuales afectaciones posteriores.
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