Por Verónica Cabezas
Agencia Uno

Los graves problemas que surgieron en Atacama han sido una inminente alerta para toda la Nueva Educación Pública (NEP) sobre la urgencia de revisar las deficiencias y reformarlas a tiempo.

Tenemos los informes de la comisión evaluadora, análisis de los procesos críticos de la implementación y los aprendizajes de estos años, ahora debemos actuar en incluir las adecuaciones necesarias y urgentes. Por esto, hemos impulsado junto a Educación 2020 y un total de 13 organizaciones y académicos una serie de propuestas que buscan aportar nuevas visiones sobre cómo mejorar la NEP.

La NEP surgió en respuesta a una educación municipal que no estaba dando el ancho para entregar educación de calidad a los niños y niñas en Chile.

Sin embargo, la nueva institucionalidad está enfrentando sus propias dificultades: problemas financieros, administrativos, de infraestructura, resultados de aprendizajes y sobredotación docente. Necesitamos aprender de los errores encontrados y buscar formas de corregirlos en lugar de volver a un sistema que ya fracasó.

Para esto, entre diversos sectores de la sociedad civil junto al mundo privado hemos puesto a disposición de las autoridades una serie de propuestas para abordar este gran desafío país.

Proponemos medidas en cuatro dimensiones que permitan posicionar la Nueva Educación Pública como una prioridad de Estado, por medio de un acuerdo transversal y un comité interministerial encargado de implementar de forma eficiente las medidas; mejorar el proceso de instalación de los SLEP, ajustando los tiempos de traspaso y disponibilizado recursos para el fortalecimiento de la educación pública y su infraestructura; fortalecer las condiciones habilitantes para el funcionamiento de los centros educativos, estableciendo parámetros de dotación y simplificando procesos administrativos; y robustecer la gestión de los SLEP para favorecer su foco pedagógico, fortaleciendo los instrumentos de gestión y las herramientas de participación.

La Nueva Educación Pública tiene el deber de demostrar un nuevo y mejor estándar de trabajo en todos los ámbitos y está a tiempo de hacer cambios que le permitan avanzar en este sentido. Chile merece una educación pública de calidad, y somos muchos quienes nos sentimos movilizados por este propósito.

Nos ponemos a disposición para aportar a la construcción de un sistema que esté a la altura del desafío y que permita que todos los niños y niñas en el país cuenten con grandes profesores.

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