Por Paulina Araneda
Agencia UNO

Hablar de educación es una conversación sobre el país que queremos y estoy cierta que la gran mayoría de quienes le habitamos queremos que sea justo y bueno para todas las personas y que brinde condiciones para que cada niño, niña y joven pueda crecer y desarrollarse plenamente.

La pandemia y los efectos que ha tenido en la vida de quienes habitamos este país también se expresa en el retroceso en los procesos de aprendizaje y por cierto en la falta del hábito de asistir a la escuela o liceo. Superar esta situación es urgente y difícil, por lo mismo es un esfuerzo que trasciende al sistema escolar, aunque lo incluya, por cierto, se trata de un desafío colectivo por retomar la ruta: la educación es un tema de todas las personas que habitamos Chile y por cierto de quienes dirigen el destino del país.

Más de 700.000 jóvenes fueron entrevistados para el estudio “What Young People Want” del Foro Económico Mundial. Sus resultados revelan que para quienes participaron la educación es su prioridad al momento de pensar en la construcción de un futuro próspero y seguro. Hoy también niños, niñas y jóvenes necesitan aprender y desarrollar las competencias necesarias para vivir en sociedad. Esto es concreto y requiere de aunar esfuerzos en pro de hacerlo posible. Requerimos hacer el máximo esfuerzo para superar las faltas de aprendizaje, las dificultades para convivir pacíficamente y para asumir que esto es urgente y no solo importante.

Hago un llamado al Gobierno, a los gremios, a estudiantes y sus familias y a la comunidad a que no bajemos los brazos, aprender es clave para el desarrollo humano y para una sociedad, aprender con otros y sentirse capaz de aprender durante la vida. No es posible que asistir a clases y pensar en la escuela como el lugar de encuentro con compañeros y compañeras y con profesores sea una imagen que se desdibuja en la vida de niños y niñas. Ellos y ellas esperan que las personas adultas asumamos nuestra responsabilidad.

Como ciudadana invito a que lo hagamos, quienes tienen responsabilidades políticas o gremiales lo hagan con apertura, con escucha, con disposición a entenderse y a asumir que el mejor acuerdo es aquel que nos permita avanzar en pro de un país en que cada niño y niña recupere el interés por aprender y sienta que asistir a su escuela es oportunidad para que “obre la magia”.

Sueño con que cada niña, niño y joven se sienta acompañado a tener la experiencia de una trayectoria escolar donde aprender sea una experiencia cotidiana y compartirla con otros una forma de entender la vida en comunidad: no es acaso lo que la gran mayoría del país espera?.

Tags:

Deja tu comentario