Por Paulina Araneda
Agencia Uno

Durante este mes hemos vivido una fiesta del deporte que nos ha permitido gozar en colectivo, apoyar al Team Chile y volver a relevar que cada una de las personas que participan son testimonio que su desempeño es fruto de mucho trabajo, perseverancia y esfuerzo.

También mirar el trabajo desplegado por el equipo organizador, nuestras ciudades, el transporte público y cómo han recibido a los equipos de la región son fruto de trabajo, de resolver problemas, tensiones y miradas.

La emoción de las medallas es una parte de lo que estamos viviendo. Al escuchar sus testimonios, sus primeras palabras siempre hablan de historias de esfuerzo, trabajo, pasión y equipo, pues nadie piensa que llegó donde llegó en solitario.

¿Cuál es el aprendizaje de estos juegos para nuestra necesidad de avanzar hacia un país donde la educación de calidad sea una experiencia compartida por cada estudiante? Amanda Labarca señalaba que “la escuela debe ayudar al hombre a crecer, multiplicarse y progresar, para lo cual, fundamentalmente, es preciso habilitarse para vivir, subsistir, convivir, crear y creer”. ¿Alguien puede pensar que este propósito se juega en solitario?

La semana pasada se llevó a cabo el encuentro @3xi y antes se presentó la iniciativa de educación en el marco del Congreso del Futuro, en ambos espacios se escuchó muchas veces que “juntos es posible”. Este sueño es clave y nuevamente requiere avanzar generosamente en pro de construir un propósito común y desde ahí un accionar coherente.

Por otra parte, cada vez que consultamos a niños, niñas y jóvenes claman por oportunidades, por ser escuchados y también por participar en pro de un país mejor. Requieren además de un entorno que dé testimonio que la colaboración, la cooperación, la perseverancia en pro de un bien común, el trabajo y la comunidad son una experiencia cotidiana.

Hoy en nuestro país hay niños, niñas y jóvenes que llevan más de 50 días sin clases, otros no asisten todos los días, familias que deciden no matricular a sus hijos e hijas en educación inicial y otros han abandonado el sistema escolar. Con estas condiciones: ¿podrían llegar a ser parte del Team Chile?

Invito a quienes trabajamos en educación, a las autoridades nacionales, regionales, locales y también a quienes son dirigentes a que miremos a nuestro “team” chileno, que aprendamos de lo que señalan cuando ganan: hablan en plural y del trabajo detrás de sus logros. ¿Será posible?, no es posible que sigamos diagnosticando o discutiendo posiciones y no acordemos avanzar con perseverancia, trabajo y sin olvidar un propósito común. No hay tiempo que perder, no conozco ninguna persona que se dedique al deporte, que no entrene todos los días.

No olvidemos a Amanda Labarca: “Que nos brinden a todos justicia, libertad, democracia y bienestar y que permitan a la mujer laborar de igual a igual que el hombre en el logro de estas ansiadas y queridas esperanzas”.

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