Por Camila Flores
AGENCIA UNO

Desde hace años, las ferias libres han sido un reflejo de la vida cotidiana en Chile, lugares donde la comunidad se abastece de alimentos frescos y productos básicos. Sin embargo, ahora estos lugares podrían estarse convirtiendo en una nueva amenaza para los ciudadanos: la venta de armas.

La reciente detención de individuos por la venta ilegal de armas de fogueo y la realización de disparos en plena feria libre es una señal alarmante de la falta de control y fiscalización en estos espacios. Este incidente no solo pone en evidencia la urgente necesidad de revisar a fondo las ferias libres y el comercio ilegal, sino que también resalta la inaceptable normalización de la venta de armas, cuchillos y manoplas en estos lugares.

Según datos recopilados, los delitos violentos, incluido el homicidio, alcanzaron niveles sin precedentes en los últimos nueve años, con más de 194 mil casos policiales. La percepción de inseguridad entre la población también ha alcanzado niveles históricos, con un 90,6%, según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC).

Si las armas siguen estando a libre disposición de los delincuentes, estas cifras continuarán en alza, porque hoy se venden cuchillos, corta plumas, katanas, entre otros elementos, en barrios como Meiggs, Franklin, Biobío, Santiago Centro y hasta en redes sociales.

Un ejemplo de esto último lo tuvimos el año pasado en Quillota, donde se detuvo a una banda liderada por un cantante urbano que vendía armas, municiones y chalecos antibalas en estas plataformas.

El crimen organizado avanza a pasos agigantados y el Gobierno sigue sin actuar, solo lanzando promesas que la ciudadanía ya no cree. Solo discursos. Como el que dio el Presidente Gabriel Boric en la Cuenta Pública del 1 de junio de 2022, cuando dijo que “la violencia armada no será tolerada en nuestro país” y que el “Programa Menos Armas, Más Seguridad” limitaría radicalmente su acceso legal.

¿Qué ha pasado? Tenemos casi un homicidio al día, niveles de criminalidad nunca vistos y venta de armas en ferias y barrios comerciales. Todo lo contrario a lo que se prometió.

Si el Gobierno sigue sin reaccionar, si no se implementan medidas concretas para aumentar la fiscalización, si la venta ilegal de armas sigue actuando impunemente en nuestras calles, difícilmente los homicidios y la violencia retrocederán, porque las únicas señales que se dan son de un Gobierno débil y sin estrategia para enfrentar la crisis de inseguridad que hoy preocupa a todo un país.

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