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 El gobierno ruso expresó que de probarse el uso de armas químicas por parte de Basahr al-Assad serían partícipes de un ataque en territorio sirio.

Mientras Barack Obama logró que la comisión de exteriores del Senado aprobara la intervención militar en Siria, la que duraría 30 días y no nicurriría en envío de tropas, el presidente ruso Vladimir Putin anunció a través de la prensa que está dispuesto a formar parte de una intervención militar en el país árabe, siempre y cuando sea una sanción aprobada por el consejo de seguridad de las Naciones Unidas.

“Sólo el consejo de seguridad de la ONU podría sancionar el uso de la fuerza en contra de un estado soberano” expresó Putin, y añadió que de probarse que las supuestas armas químicas lanzadas contra la población el mes pasado fueron obra del gobierno de Bashar al-Assad, formaría parte del ataque.

Por otra parte, el gobierno chino anunció ser contrario a una intervención militar, rechazando las intenciones de Estados Unidos y favorable a una salida política. Desde el gobierno sirio, Faisal al-Meqdad, viceministro de Asuntos exteriores, anunció que “el gobierno sirio nunca cambiará su posición incluso si el precio es la tercer guerra mundial”, asegurando que de intervenir, iniciarían un polvorín en toda la península árabe.

A las presiones internacionales y el rechazo de distintos países se suma la visión de algunos Premios Nobel de la Paz, que plantean quitarle el galardón a Obama debido a su política de atacar Siria, mientras se da inicio a la cumbre del G20 en San Petersburgo, donde además de economía, los dignatarios de las veinte economías estables del mundo discutirán la situación del país árabe.

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