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(EFE) – La justicia tunecina condenó a tres meses de prisión a un profesor universitario y conocido poeta, Sami Dhibi, detenido desde el pasado 31 de julio por una publicación en las redes sociales en la que criticó a la ministra de Cultura, informó este martes a EFE su abogado, Mohamed Ali Bouchicha.

Según la defensa, Dhibi fue arrestado tras una denuncia de la responsable de este departamento, Hayat Guermazi, quien exigió aplicar el polémico decreto 54, que castiga la difusión de “noticias falsas” en internet con hasta cinco años de cárcel, diez si el afectado es un funcionario público, y multas de hasta 15 mil euros.

“Pese a que el Tribunal rechazó esta demanda, se trata de una sentencia muy severa por una simple publicación de Facebook. Atenta contra la libertad de expresión y mi cliente no representa ningún peligro para la sociedad”, explicó Bouchicha, que adelantó que presentará este miércoles un recurso.

La Fiscalía solicitó además que dicho fallo sea publicado en un periódico- petición que fue rechazada- por lo que el letrado se mostró sorprendido al ser “la primera vez que ve algo así en su carrera como abogado de activistas y blogueros. La Justicia busca dar ejemplo para instaurar el miedo y evitar las críticas“.

Dhibi, empleado del Ministerio de Cultura desde hace varios meses, publicó en octubre: “ministra de lo absurdo, de la vergüenza y de la corrupción (…). Luchamos contra Ben Ali y no teníamos miedo ni cobardía. En esa época eras un títere y altavoz de la dictadura. Tu injerencia en mis asuntos creativos e intelectuales es un escándalo en el nuevo Túnez y un ataque contra la libertad de pensamiento y de expresión”.

Tras su arresto, la asociación PEN América, formada por más de 7.500 escritores de Estados Unidos, aseguró sentirse “muy preocupada” por la decisión de las autoridades locales y pidió su puesta en libertad inmediata.

No es un caso aislado

En abril, el Ministerio de Cultura ordenó el cierre de un puesto de la Feria Internacional del Libro celebrada en la capital y la retirada de una obra crítica con el presidente Kais Said tras alegar que perjudicaba la “seguridad pública”.

El ensayo Frankenstein tunecino, firmado por el escritor Kamel Riahi, se inspira en el terrorífico personaje de Mary Shelley para explicar cómo los tunecinos, a través de sus decepciones políticas desde el inicio de la revolución de 2011, han creado la figura del mandatario, que llegó al poder en 2019 y dos años más tarde se arrogó plenos poderes para “preservar la paz social”.

Según el último informe de Reporteros Sin Fronteras, Túnez cayó 27 posiciones en la clasificación mundial de libertad de prensa -uno de los grandes logros de la revolución- hasta situarse en el puesto 121 de un total de 180 países y señaló a Said como “autoritario e intolerante a las críticas”.

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