La presidenta de Hungría, Katalin Novak, ha presentado su dimisión este sábado tras un escándalo desatado por un indulto concedido a un condenado por un caso de pederastia.
La medida de gracia fue otorgada al subdirector de un centro de menores que intentó encubrir a su superior, quien había abusado sexualmente de niños.
Novak se vio obligada a dimitir luego de que se revelara que fue ella quien autorizó el indulto en abril de 2023.
La oposición en Hungría intensificó la presión para la salida de Novak luego de que saliera a la luz el caso y en Budapest miles de personas protestaron frente a la oficina de la presidenta, exigiendo su renuncia.
Ante el rechazo generalizado incluso entre los votantes de su propio partido, el líder conservador Viktor Orbán, al cual era cercano Novak, anunció que su Gobierno propondría una reforma constitucional para limitar los indultos presidenciales en casos de pederastia.
En un mensaje televisado, Katalin Novak admitió su error y anunció su dimisión.
“Hoy es el último día que me dirijo a ustedes como presidenta. Tomé la decisión de conceder un indulto el pasado mes de abril, creyendo que el condenado no había abusado de la vulnerabilidad de los niños a los que había supervisado”, expresó.
Asimismo, la ahora exmandataria agregó que “cometí un error, ya que el indulto y la falta de motivación eran adecuados para desencadenar dudas sobre la tolerancia cero que se aplica a la pederastia”.
La exministra de Justicia, Judit Varga, quien respaldó la medida de gracia, también renunció a su cargo como diputada y se retiró de la candidatura de Fidesz para las elecciones europeas.
La dimisión de Novak pone fin a su periodo como presidenta, un cargo de escaso poder y principalmente simbólico en Hungría, en el que representó al país en asuntos internacionales, incluida la guerra en Ucrania.
Sin embargo, su gestión estuvo marcada por políticas conservadoras y nacionalistas, como la polémica ley homófoba que prohibía contenidos LGTBI en horario infantil.
Novak, de 46 años, ha sido una figura destacada en el Gobierno de Orbán, desempeñando roles clave en ministerios y como representante del país en el extranjero.
Su dimisión se produce en un momento de tensiones crecientes entre Hungría y la Unión Europea, con Orbán buscando fortalecer la posición de la ultraderecha en las instituciones europeas.
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