El Gobierno italiano determinó instalar un decreto que obliga a sus ciudadanos a portar un “pase verde” que certifique la vacunación de quienes deseen asistir a cines, restaurantes, teatros y otros espacios públicos.

La medida entra en vigencia desde el 5 de agosto, y se suma a otras similares que se han estado implantando en Europa, como el pase sanitario de Francia y que también fue recientemente anunciado por las autoridades del Reino Unido.

En esa línea, el Gobierno estableció multas para quienes no respeten la medida, que van entre los 400 y 1000 euros, mientras que los dueños de los recintos que acepten transgresiones, no solo arriesgan sanciones económicas, si no que el posible cierre de sus locales.

Sin embargo, algunos grupos de la comunidad han reaccionado de forma negativa a esta iniciativa. Se trata de personas que alegan discriminación por parte del Estado, exigiendo que se respete su libertad de optar por no vacunarse.

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Por lo mismo, durante esta jornada se registraron protestas en las calles de distintas regiones de Italia, como la convocada en Turín por el movimiento No Paura Day (Día Sin Miedo), quienes exigieron revocar el pase verde, la vacunación obligatoria y finalizar el estado de emergencia, en virtud de sus libertades personales.

Sin embargo, esta y otras medidas responden a la compleja situación sanitaria, con más de 5.000 casos diarios que se han registrado en Italia durante los últimos días, mientras que el jueves 22 de julio se registraron 15 muertos por COVID-19.

A la fecha, Italia reporta un total de 4.302.393 infectados por COVID, 127.920 muertos y 4.119.607 pacientes recuperados.

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