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(EFE) – El Parlamento de Portugal aprobó este viernes por unanimidad una resolución de apoyo a las víctimas de la dictadura en Chile, al haberse cumplido este mes 50 años del aniversario de la muerte de Salvador Allende y del golpe de 1973.

En el texto, presentado por la comisión de Asuntos Extranjeros y Comunidades Portuguesas, el Parlamento hizo un recorrido por los hechos de aquel 11 de septiembre de 1973, cuando “el régimen democrático constitucional chileno (…) fue derrocado violentamente por un golpe de Estado perpetrado por el general Augusto Pinochet, apoyado por militares nacionalistas”.

Recordó que la dictadura que siguió suprimió los derechos y libertades, disolvió los partidos, persiguió a los disidentes políticos y cometió “violaciones brutales de los derechos”, como las ejecuciones en el campo de concentración de Chacabuco, en el desierto de Atacama, y en el Estadio Nacional.

“En total, el régimen causó más de 40 mil víctimas entre ejecutados, detenidos, desaparecidos, torturados y presos políticos, forzando a cerca de 200 mil chilenos al exilio”, remarca el documento.

Por estos motivo, el Parlamento de Portugal considera que “queda como deber de la memoria” honrar a las víctimas y recordar que “las fuerzas y movimientos autoritarios y nacionalistas no son un dato histórico del pasado, sino una realidad que hoy irrumpe en muchos puntos del globo, incluida Europa, amenazando la democracia y sus conquistas”.

Así, continuó, “en cumplimiento del deber de la memoria en defensa de la democracia y del Estado de derecho, la Asamblea de la República (Parlamento portugués) manifiesta su pesar por las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet“.

El martes pasado, se inauguró en el metro de Lisboa un busto de Salvador Allende (1908-1973) en un acto con la presencia del primer ministro de Portugal, António Costa.

El busto, esculpido en bronce y de 70 centímetros de altura, ha sido instalado sobre un pedestal en la concurrida estación de metro de Arroios, bajo la Plaza de Chile, donde han grabado en portugués la frase “La historia es nuestra y la hacen los pueblos“, que Allende pronunció en su último discurso a los chilenos, el 11 de septiembre de 1973, pocas horas antes de su suicidio.

Esta escultura, realizada por la artista lusa Margarida Santos, ha sido donada por la embajada de Chile en Portugal a través de un Protocolo de Cooperación Cultural en el marco del 50 aniversario del golpe de Estado de 1973.

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