Foto: SY24

Un padre miraba con horror a sus tres hijas balanceándose en la cornisa destruida de un edificio bombardeado en el norte de Siria. Una de ellas, Reham, de 5, agarró de la polera a su hermana Tuqa, de siete meses de edad, en un intento por salvarla de caer de los escombros.

El desesperado momento fue capturado en una impactante imagen tomada el miércoles en la ciudad siria de Ariha, provincia de Idlib, por un medio activista local, SY24. Revela las secuelas de un ataque aéreo conducido por las fuerzas del gobierno de Siria.

En los últimos días, decenas de civiles se han convertido en víctimas de la ofensiva del gobierno apoyada por Rusia para recuperar el control de los últimos bastiones rebeldes en el noroeste de Siria.

Reham se golpeó su cabeza con una piedra cuando cayó y murió mientras recibía atención médica en una ambulancia, de acuerdo a los Cascos Blancos, un grupo voluntario de rescate también conocido como la Defensa Civil Siria.

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Tuqa, la pequeña de la fotografía, sobrevivió. Ella recibió tratamiento médico y fue dada de alta por el hospital, de acuerdo a la fundación Sociedad Médica Siria Americana.

La tercera hermana, Rawan, de 3 años, capturada en la imagen justo detrás de Reham, murió este viernes en el hospital, dijeron desde la fundación.

La madre de las niñas también murió cuando el ataque golpeó el edificio, donde los 12 miembros de la familia vivían, dijeron los Cascos Blancos, agregando que otros cuatro niños continúan recibiendo tratamiento por sus heridas.

Durante los últimos dos meses, el gobierno de Siria ha intensificado los ataques aéreos en Idlib y las áreas cercanas, las últimas que quedan en control de la oposición. Cientos de civiles han sido asesinados y se cree que decenas de miles han sido desplazados, de acuerdo al Observatorio Sirio para Derechos Humanos.

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Al menos 450 civiles han muerto los últimos tres meses desde el comienzo de la campaña del gobierno sirio, dijo la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas este viernes. Más de 100 personas han sido asesinadas por ataques aéreos durante los últimos diez días, dijeron desde Naciones Unidas.

Número de víctimas infantiles

Las últimas semanas han sido particularmente mortales para los niños, de acuerdo a las organizaciones que trabajan en el área.

Más niños han sido asesinados en las últimas cuatro semanas en la provincia de Idlib que todos los que murieron durante 2018 en la misma área, dijeron desde la organización de caridad Save the Children.

Al menos 33 niños han sido asesinados desde el 24 de junio pasado, comparado con los 31 niños asesinados durante todo 2018, dijeron desde la organización.

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“La situación actual en Idlib es una pesadilla. Las heridas que estamos viendo son horribles”, dijo Sonia Khush, de Save the Children Syria. “Está claro que una vez más niños han sido asesinados y heridos en ataques indiscriminados”.

Desde que la violencia escaló a fines de abril, al menos 400 personas, incluyendo 90 niños, han muerto, según estimaciones de Save the Children.

Michelle Bachelet, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, dijo estar preocupada por que la “matanza” en Siria “ya no es parte del radar internacional”, y señaló que la comunidad internacional se “encogió de hombros” ante la situación.

Este es el fracaso del liderazgo de las naciones más poderosas del mundo, lo que resulta en una tragedia a una escala tan vasta que parece que ya no podemos relacionarnos con ella”, dijo Bachelet.

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“Es esencial que haya un cese de las hostilidades en orden a dar espacio para que las negociaciones políticas en curso tengan un respiro”, dijo. “La alternativa es más muerte sin sentido y destrucción en una guerra sin fin“.

En un emocional video de Facebook una mujer siria-estadounidense, Rania Kisar, dijo: “Señor Trump, por favor detenga esto. Detenga este bombardeo. Detenga los asesinatos de esta gente inocente”.

Parada entre escombros tras un ataque aéreo en la ciudad de Maarat al-Numan, Kisar dijo “por favor Estados Unidos, por favor hagan algo”, antes de romper en sollozos.

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