En el marco de la crisis social que vive Chile desde el pasado 18 de octubre, Nicolás del Caño, ex candidato presidencial y diputado del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), visitó nuestro país durante la semana pasada.
De ideología trotskista, el parlamentario por la provincia de Buenos Aires es referente del bloque Frente de Izquierda, conglomerado que se posiciona a la izquierda del peronismo y que en la reciente elección obtuvo un 2,16% de los sufragios, quedando en el cuarto lugar.
Tras el triunfo de la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández que derrotaron a Mauricio Macri en las urnas, viajó hasta nuestro país el pasado martes 5 de noviembre para recopilar antecedentes sobre las violaciones de los Derechos Humanos y llevarlos al parlamento trasandino para levantar una campaña internacional de solidaridad.
En su estadía, participó de manifestaciones de funcionarios del Hospital Barros Luco y escolares de San Miguel, visitó la Casa Memoria José Domingo Cañas y a las alumnas agredidas en el Líceo 7 de Santiago, viajó a Valparaíso y se entrevistó con medios chilenos como La Tercera y The Clinic.
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“La intención es tener entrevistas con diferentes organismos de Derechos Humanos. Hemos recibido información de primera mano sobre violaciones a los Derechos Humanos en Chile”, comentó Del Caño en conversación con CNN Chile un par de días antes de regresar a la capital argentina.
Dichas violaciones, según el parlamentario, corresponden a “los asesinatos, las torturas” y la “represión brutal” que señala se ha impartido hacia las manifestaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), al 6 de noviembre se registraron 1.778 personas heridas en hospitales, 41 de ellas por disparo de bala y 519 por disparo de perdigones. Esta cifra también incluye 177 personas con heridas oculares.
Asimismo, asegura que su visita se enmarca en la cooperación internacional que moviliza el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), “organización hermana” del PTS donde militan el ex candidato a diputado por el distrito 10, Dauno Tótoro, y la ex vicepresidenta de la Fech 2017, Bárbara Brito.
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—¿Qué ha podido ver en su paso por Chile?
—La situación muestra un reclamo genuino, que no es por un punto específico. Confluyen varios reclamos postergados y, como dicen las manifestaciones, “no son 30 pesos, son 30 años” de desigualdad y de postergación de los sectores populares.
Dicha postergación, señala Del Caño, se ve reflejada en la demanda por pensiones, salud y educación, dignas y justas.
—¿Qué le ha parecido la respuesta del gobierno de Sebastián Piñera a las demandas sociales?
—No responde a las demandas fundamentales que se han planteado en la calle. Eso está claro cuando uno ve las distintas encuestas que marcan que sólo un 13% de la población apoya en estos momentos al gobierno de Piñera, o podríamos decir que cerca del 90% de la población lo rechaza.
—Y al compararlo con lo que ocurre en Argentina, ¿cómo ha sido la respuesta de sus autoridades?
—En Argentina hay un fuerte rechazo a las medidas que tomó (Mauricio) Macri en estos cuatro años de gobierno, eso se reflejó en el resultado electoral. Ahora hay una expectativa sobre las promesas de (Alberto) Fernández en la campaña. Fernández mantiene esta idea -que para nosotros es incompatible- de beneficiar a trabajadores y jubilados y, al mismo tiempo, cumplir con el Fondo Monetario Internacional, con los acreedores internacionales y ser complaciente con los grandes grupos económicos.
—¿Qué le parecen las propuestas de gobierno de Fernández?
—Hemos visto este anuncio sobre el acuerdo social, que si uno piensa en los actores que participarían en esa mesa -que son los grandes grupos económicos por un lado y los dirigentes sindicales que han sido cómplices de Macri en estos años-, creo que nada bueno para la mayoría del pueblo trabajador puede salir. Por otra parte, busca un congelamiento de precios y salarios sobre la base de que ahora hemos tenido una nueva devaluación, con fuertes aumentos, una inflación que es cada vez mayor. (…) Me parece que lo que está en las demandas sociales es recuperar lo que se ha perdido, y eso no se puede congeniar y compatibilizar con intereses que son contrapuestos.
Anuncios “poco concretos” y la deuda que el diputado ha calificado como “ilegal e ilegítima” son otros puntos que distancian al parlamentario de la propuesta del nuevo presidente argentino.
—Una de sus propuestas en el congreso argentino es la reducción de los sueldos de parlamentarios, equiparándolo al de docentes, iniciativa que también se discute en nuestro país.
—Nuestro punto de vista es que no debería ser privilegio ser diputado o funcionario político, por eso hemos promovido esa iniciativa de que todos los diputados ganen lo mismo que una docente, aunque no haya tenido eco en los bloques mayoritarios, que buscan conservar sus privilegios, porque al igual que aquí en Chile legislan y gobiernan para los grandes grupos económicos. En las antípodas nosotros, que somos la fuerza de los trabajadores, una fuerza socialista, no buscamos ningún beneficio personal. Creemos que no puede existir ese privilegio de que los legisladores cobren 10 o 15 veces más que cualquier trabajador, por eso creemos que debe ser igual; no porque consideremos que el sueldo de un trabajador sea justo, sino porque creemos que no pueden existir privilegios.
La elección de equiparar estos sueldos con los de profesores responde a un gesto simbólico es motivado por ser representativo de un salario promedio de los trabajadores trasandinos, explicó del Caño.
—¿Podría ocurrir un estallido social como el que vive Chile en Argentina, o ya pasó por algo similar?
—Nosotros hemos tenido movilizaciones importantes hace años. Hubo una muy fuerte en 2001, terminó con el gobierno de De la Rúa dos años antes de que terminara su mandato. Y bajo el gobierno de Macri hubo importantes movilizaciones que se dieron contra la reforma previsional y la laboral. La primera se aprobó con los votos del peronismo, que ahora se muestra como la alternativa que va a gobernar distinto que Macri, pero le votaron todas las leyes. Y la reforma laboral no pudo implementarla, tuvo que retroceder por esa gran movilización popular de 2017, con fuerte represión también. Luego de eso hubo una fuerte política de parte del peronismo y conducciones sindicales de que ese proceso no se desarrollara con movilizaciones más multitudinarias, con una huelga general que derrotara la política de ajustes de Macri, permitió que se avance con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. (…) Veremos cómo se sigue desarrollando porque, justamente, si no hay una resolución favorable a los reclamos de la mayoría popular y esta crisis sigue afectando los bolsillos de la mayoría, creo que eso va hacia un camino de fuertes movilizaciones, que no es el panorama que se ve en Argentina, pero las perspectivas por su puesto están en el horizonte.
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