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Sin peregrinos o turistas. Así está viviendo Belén la Navidad de 2023, luego de que los líderes locales de esta ciudad ubicada en Cisjordania ocupada decidieran reducir los festejos en solidaridad con los habitantes de la Franja de Gaza.

Han quedado atrás las filas interminables de aquellos viajeros que llegaban a la ciudad venerada por los cristianos como el lugar de nacimiento en de Jesús.

Actualmente, Belén está convertida en pueblo fantasma; sin fieles y sin el famoso árbol que coronaba la plaza del pesebre, por lo que ocurre en Gaza.

“Esta Navidad llega en una forma diferente, hoy en día Belén, como cualquier otra ciudad palestina, está de luto. Nos sentimos tristes”, sostuvo el alcalde de la ciudad, Hanna Hanania.

Los vínculos trascienden los 50 kilómetros que separan a ambos territorios palestinos, ya que no son pocos quienes tienen familiares o amigos en la Franja de Gaza, allí la desolación, al igual que las ruinas de los edificios, es extensa.

El 85% de la población total ha sido desplazada y más de 20 mil palestinos han muerto durante la ofensiva israelí, según las autoridades de salud de Gaza.

Por esta razón la ciudad corazón de la cristiandad, la tradicional vigilia navideña tuvo un tono sombrío.

En lugar del tradicional pesebre que decora la plaza, las autoridades optaron esta vez por una representación del nacimiento de Jesús rodeado de grandes piedras y alambre de púas como una forma de graficar la situación que atraviesan los menores en Gaza.

“Como concejo municipal decidimos cancelar todas las festividades y celebraciones de esta temporada navideña. Organizamos este evento para enviar un mensaje muy claro a la comunidad internacional de que Belén rechaza esta agresión contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza”, detalló Hanania.

Pese a que fueron los líderes locales quienes decidieron reducir las festividades, no es la única razón que explica por qué la ciudad está vacía.

Belén está a solo 8 kilómetros de Jerusalén, pero llegar allá es sumamente complejo debido a la barrera construida por el gobierno israelí y a los diversos puestos de control.

Además, desde el ataque del 7 de octubre, es extremadamente difícil acceder a esta zona por las restricciones de movimiento que reforzó Israel.

“El mundo entero celebra la Navidad de este año, pero no el lugar en donde nació nuestro señor Jesucristo. Desde principios de año hasta finales de septiembre tuvimos 2.3 millones de turistas que llegaron hasta Cisjordania ocupada, pero desde la guerra hasta ahora no tenemos turistas en Palestina”, sostuvo la ministra de Turismo de Palestina, Rula Maaayha.

La ausencia de viajeros ha sido un verdadero golpe a la economía de la ciudad, la que depende los ingresos que deja los peregrinos y turistas.

Hoteles y restoranes llevan más de dos meses sin atender clientes.

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