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Hace un mes, cientos de niñas fueron raptadas desde sus camas junto con sus sueños.

Boko Haram se opone fervientemente a la educación femenina al considerarla “haram”, es decir, prohibida. La escuela que dejaron en añicos es prueba de ello. Todo lo que queda de la secundaria en Chibuk son un dormitorio quemado, ventanas y sueños rotos. 

Y es que de no haber ocurrido el ataque, las niñas habrían dado sus exámenes de egreso. La puerta de entrada hacia un mejor futuro,

“El miedo está en todas partes por lo que vimos que le ocurrió a nuestras niñas. Por las que lograron escapar y por las que no. Ahora hay una gran interrogante entre todos los padres respecto a la vida de nuestros niños porque nadie se puede dar el lujo de perder a una hija”, remarcó uno de los testigos del ataque.

El grupo desde hace meses intensificó la campaña de terror que comenzó en 2009 tras la muerte de su líder Mohammed Yusuf. Catapultados hoy a una triste celebridad con el secuestro de jóvenes escolares que pecaron al estudiar en vez de casarse.

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