(CNN) – El ejército de Israel le advirtió a 1,1 millones de personas que viven en el norte de Gaza que deben evacuar sus hogares, en medio de indicios de que va a intensificar su ofensiva de represalia contra Hamás tras los ataques terroristas del grupo del 7 de octubre.

“Civiles de la ciudad de Gaza, evacúen hacia el sur por su propia seguridad y la de sus familias y aléjense de los terroristas de Hamás que los están utilizando como escudos humanos“, dijeron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

“En los próximos días, las IDF continuarán operando de forma significativa en la ciudad de Gaza y harán grandes esfuerzos para evitar dañar a los civiles”.

Este jueves, la ONU dijo haber sido informada por sus oficiales de enlace en el ejército israelí de que “toda la población de Gaza al norte de Wadi Gaza debe trasladarse al sur de Gaza en las próximas 24 horas”.

La ONU ha censurado tal orden, afirmando que es imposible que los civiles evacuen.

Las Naciones Unidas consideran imposible que se produzca tal traslado sin consecuencias humanitarias devastadoras“, según un comunicado de Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.

Dujarric dijo que la ONU “hace un enérgico llamamiento para que cualquier orden de este tipo, si se confirma, sea rescindida, evitando lo que podría transformar lo que ya es una tragedia en una situación calamitosa”.

La orden se aplica a todo el personal de la ONU y a las personas refugiadas en sus instalaciones, incluidas escuelas, centros de salud y clínicas, según el comunicado.

Gaza es uno de los territorios más densamente poblados del mundo, con más de 2 millones de personas hacinadas en 140 kilómetros cuadrados, y sus fronteras están bloqueadas desde hace años por Israel y Egipto. La ciudad de Gaza forma parte de la franja costera y está especialmente abarrotada.

No está claro si Israel tiene previsto lanzar una posible incursión terrestre en Gaza, ni cuándo, pero lleva días concentrando cientos de miles de soldados, reservistas y material militar en la frontera mientras intensifica el asedio y los bombardeos aéreos sobre el enclave.

Los llamados para que se abra un corredor humanitario en Gaza han aumentado, de modo que los civiles puedan acceder a suministros básicos como agua, alimentos, combustible y medicinas, en medio de las advertencias de expertos de la ONU de que los residentes corren peligro de inanición.

Los ataques cometidos por Hamás en Israel el pasado fin de semana desataron la repulsa internacional e intensificaron el conflicto entre israelíes y palestinos, que dura ya décadas.

Los militantes de Hamás abrieron una brecha en la frontera fuertemente fortificada en un asalto coordinado, matando indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños, y llevándose hasta 150 rehenes a Gaza. Más de 1.300 personas murieron en Israel y miles más resultaron heridas.

Durante seis días, la aviación israelí ha bombardeado Gaza con ataques aéreos que han reducido a escombros calles y viviendas y han causado la muerte de más de 1.500 personas, entre ellas 500 niños, y han dejado heridas a otras 6.000 personas, según el Ministerio de Sanidad palestino.

Se acaba el tiempo para los habitantes de Gaza

El asedio israelí ha impedido la entrada en Gaza de suministros esenciales de electricidad, alimentos, agua y combustible, y el personal médico y de socorro ha advertido que se acaba el tiempo para evitar una catástrofe humanitaria para los dos millones de civiles atrapados.

Más de 432.000 palestinos se han visto desplazados por el conflicto y los ataques aéreos han alcanzado al menos 88 centros educativos, según la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

Los sistemas sanitarios de Gaza están al límite, y los generadores utilizados para funciones críticas dejarán de funcionar en unos días cuando se agote el combustible, con consecuencias devastadoras para los pacientes “que necesitan cirugía para salvar sus vidas, los pacientes en unidades de cuidados intensivos y los recién nacidos que dependen de cuidados en incubadoras“, según la Organización Mundial de la Salud.

El presidente internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF), Christos Christou, afirmó que millones de civiles en Gaza se enfrentan a un “castigo colectivo” y que deben establecerse espacios seguros.

Los grupos de ayuda no pueden introducir ayuda en el enclave sellado y piden que se establezca urgentemente un corredor de emergencia para el traslado de suministros humanitarios.

Naciones Unidas ha advertido que el derecho internacional prohíbe atacar a civiles inocentes y retener suministros esenciales.

La ministra de Asuntos Exteriores de Noruega, Anniken Huitfeldt, declaró que impedir el acceso de ayuda humanitaria a Gaza “es inaceptable” e Israel “tiene la obligación de permitir la entrada de ayuda humanitaria”.

El gobierno de Biden dijo este jueves que está “trabajando muy diligentemente” con Israel y Egipto en el paso seguro fuera de Gaza para los civiles antes de una posible incursión terrestre, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

Israel se ha mantenido firme en su respuesta.

El portavoz de las IDF, el teniente coronel Jonathan Conricus, declaró a CNN que “estamos en guerra con Hamás y no permitiremos que entre en la franja de Gaza nada que apoye la capacidad combativa de Hamás. Si eso tiene el precio de causar molestias a la población, que así sea“.

Este jueves, el ministro de Energía israelí, Israel Katz, afirmó que los suministros a Gaza permanecerán cortados hasta que se libere a todos los rehenes capturados por Hamás.

“No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna boca de agua y no entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes sean devueltos a sus hogares. Humanitario por humanitario. Y nadie nos dará lecciones de moral“, dijo Katz en redes sociales.

Los militantes de Hamás mantienen secuestradas a 150 personas en distintos puntos de Gaza y a principios de esta semana advirtieron que empezarían a matar rehenes si Israel continuaba bombardeando Gaza.

Israel en pie de guerra

Prueba de ello es la movilización masiva de tropas israelíes, vehículos blindados, camiones de munición y otros equipos militares que se preparan para la siguiente fase de la respuesta israelí a los ataques terroristas de Hamás.

Las anteriores ofensivas terrestres israelíes de 2008 y 2014 se saldaron con un elevado número de bajas de soldados israelíes, y una diferencia importante en esta ocasión es que los combatientes de Hamás han capturado a un número elevado de rehenes.

El sangriento ataque del sábado también mostró un nivel de capacidad militar por parte de Hamás más allá de lo que habían mostrado anteriormente.

Análisis hechos por CNN de videos difundidos por Hamás y sus afiliados revela que los militantes se entrenaron para la embestida durante meses y en al menos seis lugares de Gaza.

Imágenes de 2022 muestran a combatientes de Hamás inundando una zona de entrenamiento, disparando cohetes y capturando presuntos prisioneros mientras rodean edificios israelíes simulados. Otro video tomado hace más de un año muestra a combatientes de Hamás practicando despegues, aterrizajes y asaltos con parapentes, el mismo modo de asalto inusual que Hamás desplegó con efecto letal en el mismo ataque del 7 de octubre.

Nuevas pruebas de la brutalidad de Hamás

Han aparecido más pruebas de la brutalidad del ataque con la publicación de fotos que muestran bebés asesinados.

La oficina del primer ministro israelí difundió tres fotos en las que se veían dos bebés cuyos cuerpos habían sido quemados hasta quedar irreconocibles y el cadáver de un tercer bebé manchado de sangre.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a quien se mostraron las imágenes en su visita a Jerusalén el jueves, dijo que “casi desafía la comprensión”.

Un bebé, un niño acribillado a balazos. Soldados decapitados. Jóvenes quemados vivos en sus coches, o en sus escondites“, dijo Blinken en una rueda de prensa en Israel. “Está más allá de lo que nadie querría imaginar, y mucho menos ver y, Dios no lo quiera, experimentar”.

Este jueves, Hamás negó “firmemente” su implicación en el asesinato y decapitación de bebés, afirmando que las acusaciones habían sido adoptadas de forma “poco ética y profesional” por medios de comunicación.

Basim Naim, funcionario de la oficina de información de Hamás, declaró en un video que “había instrucciones claras de los altos mandos de las Brigadas Al Qassam de evitar atacar a civiles o matarlos“.

Esas afirmaciones caen por su propio peso ante los testimonios de múltiples supervivientes y testigos presenciales que han detallado la escala y la naturaleza de las atrocidades cometidas por Hamás, así como el asombroso número de muertos y capturados.

En Kfar Aza, un kibutz del sur de Israel, las FDI dijeron a CNN que los militantes llevaron a cabo una “masacre” en la que mujeres, niños, bebés y ancianos fueron “brutalmente masacrados en una forma de actuar de ISIS“.

En Be’eri, militantes de Hamás asaltaron el kibutz, asesinaron a más de 120 de sus residentes, incluidos niños, y secuestraron a otros.


Abeer Salman de CNN, Lucas Lilieholm, Nada Bashir, Kareem El Damanhoury, Caitlin Danaher, DJ Judd, Josh Campbell, Larry Register, Jonny Hallam, Yahya Abou-Ghazala, Paul P. Murphy, Tara John, Brent Swails y Oren Liebermann, Mitchell McCluskey y James Frater de CNN continúan reportando.

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