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(EFE) – El nuevo Gobierno de coalición de izquierda en España comenzó este martes su andadura con un marcado carácter político y económico, en una legislatura que se avecina complicada entre polémicas como la amnistía a independentistas catalanes.

Los 22 miembros del Ejecutivo formado por miembros del partido socialista PSOE y la formación de izquierda Sumar tomaron posesión de sus cargos tras realizar ante el rey Felipe VI la promesa de respetar la Constitución y mantener lealtad al jefe de Estado.

La posesión que más atención suscitó fue la del nuevo ministro de Justicia, el socialista Félix Bolaños, por el papel clave de este ministerio ante una futura ley de amnistía.

El peso de Justicia

Félix Bolaños fue el primero en prometer su cargo, pues como nuevo titular de Justicia ejercía de notario mayor del reino ante los demás ministros, en su mayoría mujeres, doce, y de ellos nueve que se estrenan en el puesto.

Bolaños, uno de los ministros esenciales en el gabinete que preside el socialista Pedro Sánchez, añade Justicia a la cartera de Presidencia que ya ejercía en el anterior Ejecutivo.

Su principal reto será sacar adelante la ley de amnistía, admitida a trámite este martes en el Parlamento español, que sectores como la oposición de derecha y la judicatura consideran inconstitucional y que ha desatado protestas en las calles.

El nuevo titular de Justicia se comprometió a trabajar “con respeto al Estado de derecho y la separación de poderes”, frente a esas críticas sobre una posible inconstitucionalidad.

La amnistía fue una de las condiciones de partidos independentistas catalanes para apoyar la investidura de Sánchez para otros cuatro años más como jefe de Gobierno, en medio de una fuerte división política y social en España.

“Es necesario que podamos decir también fuera de España que tenemos normalidad institucional en el poder judicial”, subrayó.

La Comisión Europea ha pedido información a España sobre esa futura ley, después de que antes lo hiciera también sobre el estancamiento de la reforma del Consejo General del Poder Judicial.

El órgano de gobierno de los jueces, controlado por un bloque conservador, lleva cinco años con el mandato caducado y ejerciendo en funciones, debido a la resistencia de la oposición de derechas a renovarlo.

También la economía

Además del reto de la estabilidad institucional en una España muy polarizada, el nuevo Ejecutivo de Sánchez mantiene los pilares básicos de la pasada legislatura, con diez ministerios de corte económico.

Como vicepresidente primera sigue la ministra de Economía, Nadia Calviño, que añade además otras competencias como las de Comercio, con el objetivo de tener una “voz más fuerte en la definición del nuevo orden mundial”.

El nuevo Ejecutivo comienza su andadura a pocas semanas de que España deje a Bélgica, a partir del 1 de enero, la presidencia semestral de turno de la Unión Europea, en un contexto internacional marcado por conflictos como el de Ucrania, con sus repercusiones en la economía internacional, o el de Oriente Medio.

No obstante, Calviño aspira a presidir el Banco Europeo de Inversiones, con sede en Luxemburgo, a partir de enero, y de lograrlo tendrá que dejar el Gobierno español.

Otro de los nombres fuertes que repite es la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, líder de Sumar.

Las diferencias internas dentro de la coalición de izquierda se evidenciaron de nuevo en la toma de posesión, con fuertes críticas de las ministras salientes de Podemos, formación ahora integrada en Sumar que se queda sin los ministerios que tenía en el anterior Ejecutivo.

Irene Montero, que era ministra de Igualdad, y Ione Belarra, de Derechos Sociales, criticaron duramente la exclusión de Podemos del Ejecutivo por “injusto y erróneo” y culparon a Sánchez de ponerse del lado de la líder de Sumar.

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