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Podría decirse que el paraíso de los ciclistas se encuentra en Holanda, una nación que en 20 años duplicó los kilómetros de sus ciclovías.

“Es ridículamente normal, todos lo hacen. No importa cuán viejo seas ni tu condición socioeconómica, pedalear sencillamente es la forma más rápida de moverse por la ciudad”, comenta Chris Bruntlett, de Dutch Cycling Embassy.

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Este es el país con más bicicletas por personas en el mundo. El 84% de la población posee al menos una bicicleta y, como dato curioso, existen en esta tierra 23 millones de bicicletas para una población de 17 millones de personas. Uno de cada cuatro viajes se realiza en bicicleta, pero no todo siempre fue así.

¿Cómo ocurrió el cambio?

Durante la década del ’70, la postal era otra. Las calles estaban repletas de autos debido a la acelerada industrialización, especialmente en los sectores dedicados a la siderurgia, la electrónica y la petroquímica.

En ese tiempo algunos canales fueron sacados para construir caminos y varios edificios fueron demolidos para crear estacionamientos. “La gente se enojó, se levantó contra eso y demandó otra dirección para su ciudad, con más espacios para caminar y para bicicletas”, rememoró Bruntlett.

La crisis del petróleo de 1973 fue el último empujón para que Holanda decidiera cambiar sus sistema de transporte.

“No sucede hasta que haces del ciclismo algo agradable y conveniente para que la gente quiera pedalear más. Eso ocurre cuando separas los modos de trasporte, los autos rápidos de las bicicletas más lentas, y haces que los ciclistas se sientas seguros y bienvenidos”.

Luego de varios años de esfuerzo las protagonistas en la ruta pasaron a ser las dos ruedas. Las calles se llenaron de coloridas bicicletas y amplias ciclovías que hoy alcanzan los 35 mil kilómetros de extensión.

Cultura vial: Bicis al paso

Carolina Ramos es ingeniera de Move Mobility, una consultora que asesora municipios y gobiernos en ese país. Ella vive en Rotterdam hace 6 años y explica que las calles con ciclovías tienen que respetar un límite de velocidad que va entre los 30 y 50 kilómetros por hora, según el sector. De no cumplirse, cámaras de velocidad captan el exceso y los usuarios son multados, igual que un auto.

Asimismo, Carolina explica que sólo basta con pintar las calles para dividir las pistas, pues la cultura ciclista se enseña desde el colegios. Ahorran combustible, es saludable, rápido, la relación con los automovilistas es sana. Calles y señaléticas claras, son parte de los testimonios de ciclistas.

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El goce del ciclismo ha crecido de tal manera que Ámsterdam, la capital de holanda, anunció que de aquí al año 2025 se harán cargo de eliminar hasta diez mil estacionamientos destinados a automóviles.

La Estación Central de Rotterdam tiene más de 5 mil espacios destinados a para que los ciclistas dejen sus vehículos, cuentan con rampas eléctricas  para los ciclistas y paso a paso, se han convertido en unos referentes a nivel mundial.

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