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(CNN en Español) — La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, no pudo ser trasladada de la cárcel al hospital como en un principio había confirmado la oficina de prensa de la ex mandataria, informó su hija Carolina Ribera.

La oficina de prensa de Áñez había informado que esta ya había sido trasladada el hospital tras sufrir un problema de salud, pero que inesperadamente hubo una contraorden que impidió que se la ingresara a la ambulancia que la esperaba.

Según Ribera, no ha podido ver a su madre desde el lunes y solo se percataron de su estado de salud cuando la abogada pudo entrar a visitarla.

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Ribera se encuentra del penal de Obrajes de la Paz esperando que se permita la salida de su madre, quien al parecer ha sufrido una descompensación producto de un problema de presión alta.

“Ella necesita atención médica urgente, no se por qué no lo hacen”, dijo la hija de Áñez, quien reiteró que su madre es hipertensa.

La jueza Regina Santa Cruz determinó este domingo la detención preventiva de Áñez por cuatro meses en la cárcel de Obrajes de La Paz.

A Áñez la investigan por el caso denominado “golpe de Estado” en el que la Fiscalía imputó a la ex presidenta y sus ex ministros por los delitos de “terrorismo, conspiración y sedición”.

Además, este lunes el Ministerio de Justicia presentó ante la Fiscalía cuatro juicios de responsabilidades contra la ex mandataria interina y dos de sus ex ministros, el de Justicia, Álvaro Coímbra, y el de Energía, Rodrigo Guzmán.

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Las acusaciones responsabilizan a Áñez y los ex ministros por el préstamo que el Ministerio considera “irregular y oneroso” de más de 346 millones de dólares con el FMI; la “prórroga de concesión de Fundempresa”, que consideran ilegal; la presunta “vulneración de derechos humanos de los bolivianos residentes en Chile” y por “las restricciones durante la pandemia”.

Justo antes de su detención, Áñez dijo a través de Twitter que el arresto era “un acto de abuso y persecución política” y que la acusan “de participar en un golpe de Estado que nunca ocurrió”.

Coímbra, por su parte, afirmó que era un “preso político” del gobernante Movimiento al Socialismo. Mientras tanto, Guzmán se manifestó “confiado” porque a su parecer cuenta con los argumentos necesarios para “salir adelante”.

Este martes, tras las movilizaciones en distintas regiones de Bolivia en rechazo a los arrestos, los comités cívicos de todo el país emitieron una resolución exigiendo la liberación y amnistía de los detenidos.

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