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La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la muerte de 932 personas en África tras último brote.

Hasta el Hospital de la Universidad de Emory llegaron los dos pacientes estadounidenses infectados con ébola en Liberia, África, y que viajaron hasta acá para ser atendidos. Se trata del doctor Kent Brandley y la enfermera Nancy Writbol.

El recinto cuenta con cuatro salas especiales, aisladas, para este tipo de infecciones. Habitaciones fabricadas precisamente con una gruesa placa de vidrio para evitar que los pacientes tengan contacto con cualquier persona de afuera. Además de contar con un sistema de intercom para comunicarse con el exterior.

Y no sólo los especialistas deben seguir protocolos al momento de suministrar medicamentos. Los aeropuertos estadounidenses también tienen salas de aislamiento para atender a alguien que sospeche tener ébola, y hasta hay indicaciones especiales para quienes provienen de los países en que estalló el brote. De hecho, algunos de sus presidentes no pudieron viajar a la cumbre de Estados Unidos y África, que se desarrolla en Washington.

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