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(CNN Español) La Corte Suprema de Estados Unidos falló para proteger el acceso a una píldora para abortar ampliamente utilizada en el país, al suspender los fallos de los tribunales inferiores que imponían restricciones al medicamento.

Como resultado, la autorización para la mifepristona de parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés), así como las acciones posteriores que extendieron su acceso, permanecerán vigentes mientras se desarrollan las apelaciones, posiblemente durante los próximos meses.

El juez Clarence Thomas y el juez Samuel Alito discreparon públicamente.

Un tribunal federal de apelaciones ya anunció un cronograma de sesiones informativas con argumentos orales que se escucharán a mediados de mayo.

Debate judicial en EE.UU. en torno a la píldora abortiva

El segundo caso más importante relacionado con el aborto que llega a la Corte Suprema

Este es el caso relacionado con el aborto más importante que ha llegado a la Corte Suprema desde que los jueces anularon la protección al derecho al aborto de Roe vs. Wade en 2022, lo que provocó que los estados conservadores de todo el país prohibieran o restringieran severamente el procedimiento. La manera en que se resuelva en última instancia la disputa sobre el aborto con medicamentos podría dificultar el acceso de las mujeres a este, incluso en los estados que aún lo permiten.

En el centro de la batalla judicial estaba la autoridad de la FDA para regular la mifepristona, que la comunidad médica ha considerado segura y eficaz. El medicamento ha sido utilizada por millones de mujeres en todo el país en las más de dos décadas que lleva en el mercado.

Los fallos que llevaron a la decisión de la Corte Suprema sobre la pastilla para abortar

El caso comenzó en noviembre pasado cuando un grupo que representa a médicos que se oponen al aborto presentó una demanda con el argumento de que la FDA no había hecho lo suficiente para garantizar la seguridad del medicamento unas dos décadas antes.

El juez del Tribunal de Distrito de EE.UU. Matthew Kacsmaryk, designado por Trump, emitió un fallo amplio el 7 de abril que bloqueó la aprobación del medicamento, así como los cambios que la FDA realizó en los años siguientes para que fuera más accesible. Sin embargo, retrasó siete días la fecha de vigencia de su fallo para dar tiempo a una apelación.

Rechazando el consenso de la comunidad médica, Kacsmaryk planteó dudas sobre la seguridad del medicamento, incluyendo en su opinión la jerga que suelen utilizar los opositores al aborto. Calificó a los médicos que realizan el procedimiento de “abortistas” y explicó que rechazaría el término “feto” a favor del más incendiario “humano por nacer”. En lugar de referirse al procedimiento como un “aborto con medicamentos”, insistió en llamarlo “aborto químico”.

La FDA, sostuvo Kacsmaryk en un momento, “consintió en sus legítimas preocupaciones de seguridad, en violación de su deber legal, con base en un razonamiento y estudios claramente erróneos que no respaldaron sus conclusiones”.

Las principales asociaciones médicas han desmentido las afirmaciones del juez sobre los peligros del fármaco, y se ha demostrado que la mifepristona es más segura que medicamentos comunes como la penicilina y el Viagra.

En una cuestión clave, el juez insistió en que los demandantes –médicos que no utilizan ni prescriben el fármaco– tenían derecho legal a comparecer ante el tribunal para exponer su caso, ya que sostienen que el uso del medicamento podría “saturar” el sistema de salud.

Asombrados por la amplitud de la decisión, el Gobierno de Biden y Danco, fabricante del medicamento, presentaron una demanda ante el Tribunal de Apelaciones del 5º Circuito de EE.UU. El tribunal de apelaciones finalmente dejó en pie la aprobación del fármaco por parte del gobierno, pero coincidió con Kacsmaryk en que el acceso podía limitarse.

Un panel dividido de tres jueces ordenó volver al régimen más estricto del fármaco de la FDA, anterior a 2016, que impide el envío por correo de la píldora a los pacientes que la obtuvieron a través de consultas de telemedicina, o visitas virtuales con sus proveedores, en lugar de acudir en persona a una clínica u hospital para obtener el medicamento.

También revoca de hecho la aprobación de 2019 de la versión genérica del medicamento. Las restricciones también afectan a las instrucciones del fármaco, acortando la ventana de obtención de la píldora a siete semanas de embarazo, en lugar de diez.

El 5º Circuito afirmó que las normas de la FDA para el fármaco creaban “un régimen excesivamente inusual” y que los médicos antiabortistas tenían derecho a demandar por ello porque “necesariamente se verían perjudicados por las consecuencias” de la decisión de la FDA de “apartar a los médicos de la prescripción y administración de mifepristona”.

El tribunal de apelaciones afirmó que las reglas de prescripción probablemente impedían a los demandantes impugnar la aprobación de 2000, pero que era probable que tuvieran éxito en sus demandas contra las medidas más recientes de la FDA para ajustar las normas relacionadas con el fármaco.

El tribunal acusó a la FDA de tener un “enfoque de ignorar la realidad” respecto al fármaco que era “profundamente preocupante”.

El presidente Joe Biden cuestionó la semana pasada la manera en que esos tribunales inferiores habían manejado el caso.

“Creo que es indignante lo que ha hecho el tribunal, en relación con la conclusión de que van a anular la decisión de la FDA sobre si algo es seguro o no”, dijo. “Creo que está fuera de su dominio”, señaló.

Petición a la Corte Suprema para que interviniera

El Gobierno de Biden solicitó a la Corte Suprema que interviniera la semana pasada. Documentos judiciales de la procuradora general Elizabeth Prelogar citan “órdenes de tribunales inferiores sin precedentes que anulan el juicio científico de la FDA y desatan el caos regulatorio al suspender las condiciones de uso existentes aprobadas por la FDA para la mifepristona”.

La implementación de los cambios a las reglas para utilizar la mifepristona, que ordenaron los tribunales inferiores, “negaría a las mujeres el acceso legal a un medicamento que la FDA considera una alternativa segura y eficaz al aborto quirúrgico invasivo”, al tiempo que pondría a la FDA y a las entidades que regulan “en una posición imposible”.

Danco Laboratories, un fabricante de la versión de marca del fármaco que había intervenido en el caso para defender la aprobación de la mifepristona por parte de la FDA, también solicitó la intervención del tribunal superior.

Dejar los fallos de los tribunales inferiores en su lugar, dijo el abogado de la compañía en los documentos, “perjudicaría irreparablemente a Danco, que no podrá llevar a cabo su negocio en todo el país y cumplir con sus obligaciones legales”.

“La falta de ayuda de emergencia de esta corte también afectará a las mujeres, el sistema de salud, la industria farmacéutica, los intereses de soberanía de los Estados y la separación de poderes”, dijo a los jueces la abogada Jessica L. Ellsworth.

Mientras tanto, los médicos antiaborto que habían presentado el caso dijeron a los jueces que las restricciones que el tribunal de apelaciones impuso al medicamento eran “razonables”.

“Las decisiones meticulosas de los tribunales inferiores no cuestionan las determinaciones científicas de la agencia; simplemente requieren que la agencia cumpla con la ley”, argumentaron los demandantes.

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