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En el año 2009, el caso de Gustavo Horacio Calderón impactó al país.

Dos años después de asesinar a su pareja, Fernanda Toledo, frente a sus dos pequeños hijos, la justicia condenó a diez años de prisión al sujeto. En aquel entonces (2011) no existía el delito de femicidio que tiene pena de prisión perpetua, y fue culpado por homicidio simple.

Siete años después recibió la libertad condicional.

Sin embargo, nuevamente Calderón es juzgado por haber violado a su hija en la localidad de Tupungato, de la provincia de Mendoza.

Tal como recoge La Nación, el defensor argumentó que el acusado y la víctima mantenían una relación romántica por lo que las relaciones sexuales fueron consentidas.

La fiscal Fernández Poblet asegura lo contrario, ya que apunta que el abuso sexual fue comprobado por el ADN del imputado que se encontró en la ropa de la mujer y la violencia que ella sufrió, visible en las lesiones en su cuerpo.

Esta situación motivó que grupos feministas se hicieron presentes en los tribunales de Mendoza, para apoyar el pedido de la justicia que realizaron los familiares de Toledo, la mujer asesinada en el 2009, por la baja condena que recibió.

Calderón arriesga hasta 20 años de cárcel por este caso.

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