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“Te dejo mi departamento y a mi gata”: Testamento desata una batalla entre conserje y familia por la herencia de Beatriz Sarlo

El conserje del edificio donde vivía la intelectual argentina presentó un testamento manuscrito en el que Sarlo le habría dejado su vivienda, sus libros y su gata. Su exmarido también reclama los bienes y la justicia investiga la autenticidad del documento.

Un conflicto por la herencia de la escritora Beatriz Sarlo ha generado revuelo en Argentina. La reconocida intelectual falleció en diciembre de 2023 y su departamento en el barrio Caballito de Buenos Aires, avaluado en más de US$210 mil, quedó en el centro de una disputa judicial.

El conserje del edificio, Alberto Meza, presentó un testamento manuscrito que atribuye a Sarlo. En él, la autora le habría legado no solo el inmueble, sino también sus libros y su gata Nini: “Te dejo mi departamento, y también mis libros y la gata Nini que tanto amo”, señala el escrito fechado el 2 de agosto de 2024.

La justicia argentina evalúa la autenticidad del testamento a través de una pericia caligráfica. A diferencia de Chile, en Argentina no es obligatorio inscribir los testamentos ante notario. Los testamentos ológrafos (escritos a mano) pueden tener validez si se comprueba su origen y voluntad expresa.

Sin embargo, el exmarido de Sarlo, Alberto Sato Rotani, también reclama los bienes. Aunque llevaban décadas separados, nunca se divorciaron legalmente. “Si no hay un testamento auténtico, la ley me reconoce como heredero”, afirmó.

Vecinos del edificio respaldan la versión del conserje. Uno de ellos relató que Sarlo no recibía visitas y que Meza era quien la cuidaba día a día: “Cuando le dio un ACV y quedó mal, él la llevaba al hospital”.

Especialistas en derecho sucesorio señalan que, si el documento es válido, el conserje podría recibir legalmente la propiedad. En caso contrario, los bienes serían repartidos entre herederos legales conforme a la legislación argentina.

Por ahora, la justicia mantiene el caso en análisis, mientras el legado de Beatriz Sarlo permanece en disputa entre su entorno más íntimo y quien —según el testamento— fue su apoyo cotidiano hasta el final.

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