(CNN en Español) – Tras un largo proceso iniciado en mayo, cuando el presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones anticipadas –la llamada “muerte cruzada“–, Ecuador finalmente tiene un presidente electo: Daniel Noboa.
El triunfo de este empresario, de 35 años, de Guayaquil en segunda vuelta contra Luisa González, luego de ser el segundo candidato más votado en la primera vuelta, realizada en agosto, abre las puertas a un nuevo liderazgo político en un país golpeado por la violencia, el crecimiento del narcotráfico y las crisis política.
Lasso, quien fue elegido en 2021, firmó de hecho aquella “muerte cruzada” luego que la Asamblea Nacional aprobara el inicio de un juicio político en su contra por su presunta participación en el delito de peculado.
El presidente ha negado las acusaciones en su contra y ha dicho que el juicio tenía motivaciones políticas, pero las tensiones políticas afectaron gravemente su gobierno. En junio, anunció que no participaría en las elecciones anticipadas que él mismo había convocado.
Y, durante la campaña presidencial, la violencia otra vez se hizo presente: el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado en un acto político en Quito, y luego siete presos imputados por el crimen fueron también asesinados en prisión.
Incluso Noboa denunció un ataque contra la caravana en la que viajaba en Durán, poco antes de la primera vuelta.
Es en este difícil contexto en el cual el candidato del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) se convirtió el domingo en presidente electo de Ecuador.
¿Pero qué sigue ahora?
“Mañana empezamos a trabajar para reconstruir un país que ha sido gravemente golpeado por la violencia, por la corrupción y por el odio. Desde mañana, empieza a trabajar la esperanza. Desde mañana, empieza a trabajar Daniel Noboa”, dijo este lunes el presidente electo.
Noboa obtenía el 52,01 % de los votos, superando a González, que alcanzó el 47,99 %, con el 98,79 % de las actas escrutadas, tras lo cual el Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) confirmó la victoria de la fórmula de Acción Democrática Nacional.
En la primera vuelta, el 20 de agosto, Noboa fue la gran sorpresa al desafiar los pronósticos y lograr el 23,73 % de los votos, llegando en segundo lugar por detrás de González, quien obtuvo el 33,25 %.
Según dijo este lunes el propio Noboa su proyecto político tiene como fin “devolverle una sonrisa al país, devolverle la paz, volverle la educación a la juventud, poderle dar empleo a la cantidad de personas están buscando empleo, darle tranquilidad a las familias que hoy en día no pueden salir a la calle”.
“El martes estaremos en Carondelet (el Palacio de Gobierno) y en una reunión para empezar la transición con el presidente (Lasso)”, agregó, aclarando que la semana próxima dará los nombres de su gabinete.
Según Luis Córdoba-Alarcón, coordinador del Programa de Investigación, Orden, Conflicto y Violencia de la Universidad Central del Ecuador, “el nuevo Gobierno va a asumir una democracia restringida por actores externos e internos”.
“El asesinato de Villavicencio no solo muestra la infiltración del crimen organizado en la esfera pública, sino fundamentalmente en los aparatos de seguridad del Estado, y por eso hay tela de duda y una cortina que impide mirar lo que realmente está ocurriendo. Por eso, se asesina a los sicarios”, consideró, en diálogo con Fernando Del Rincón, de CNN.
“La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas tienen una norme responsabilidad en este nuevo período para poder legitimar su accionar a través de una reforma institucional que nazca desde el Gobierno o desde los actores políticos”, señaló.
Haciendo hincapié en la necesidad de fortalecer las instituciones en Ecuador, Córdoba-Alarcón también consideró que “en el gobierno de Guillermo Lasso hubo un atropello feroz de las instituciones, algo que ya ocurría con Correa, que ocurrió con Moreno y que ha continuado”.
¿Qué planea hacer Noboa?
Durante la campaña, Noboa, hijo del excandidato a la presidencia y empresario Álvaro Noboa Pontón y exrepresentante en la Asamblea Nacional, hizo hincapié en la seguridad, en el contexto de unas elecciones marcadas por la violencia, y en el crecimiento económico.
Ha prometido reformar el sistema penitenciario, el foco actual de la criminalidad en Ecuador, y el judicial, basándose en una política de prevención, una mejora en la formación y capacitación del personal penitenciario, inversión en infraestructura dentro de las cárceles y “juicios rápidos y justos”, entre otras medidas.
También prometió la creación de una central de inteligencia orientada a prevenir el delito, proyecto al que llamó “Plan Fénix”.
En materia económica, propuso “reforzar la dolarización” y “mantener la disciplina fiscal”. Para ello, buscará promover la inversión extranjera para así también reducir el desempleo en Ecuador.
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