La plaza Taksim se ha convertido en territorio ocupado para evitar su demolición.
Tras la iniciativa del gobierno turco de destruir un área verde para la construcción de un centro comercial hace dos semanas, el número de personas que desaprueba el proyecto ha ido en aumento.
Miles de persona se instalaron en la plaza Taksim para evitar su demolición por el proyecto comercial que ha impulsado el Gobierno. Empezaron con un grupo ecológico reducido hace dos semanas y hoy son varios los que se han adherido al movimiento. Además, no sólo quieren evitar que se destruya el lugar sino que piden cambios gubernamentales.
A pesar que la policía se retiró del lugar hace una semana, las personas continúan en la zona. Voluntarios se han organizado para entregar comida, bebida, medicina e incluso cepillos de dientes al grupo.
Si bien no tiene un petitorio concreto, están unidos por el rechazo a la gestión del Primer Ministro, Recep Tayyip Erdogan, aunque saben que no renunciará a su puesto, ya que cuenta con el apoyo de los sectores rurales y conservadores del país.
Tayyip señaló que han sido pacientes y que continuarán así pero que tiene un límite. La gente que se esconde tras las manifestaciones tiene que aprender qué es la política, puesto que “nosotros no somos quienes caemos ante las provocaciones, ellos sí”, recalcó el Primer Ministro.
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