(EFE) – El Gobierno boliviano aseguró que los casos de COVID-19 descendieron un 20% en la última semana, además de reportar que este lunes, festivo por el Año Nuevo Andino, se registraron 42 decesos y 764 nuevos contagios de la enfermedad.
“(En) la curva nacional de notificaciones, después de haber tenido un crecimiento por diez semanas epidemiológicas, en la última semana, descendieron los casos en 20%”, aseguró el ministro de Salud, Jeyson Auza, en un video difundido por su despacho.
En tanto que el reporte diario correspondiente a esta jornada da cuenta de 42 muertes y 764 casos positivos, con lo que los acumulados alcanzan a 16.174 fallecidos y 422.811 contagios desde marzo de 2020.
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El del lunes es el reporte más bajo en las últimas semanas, en las que los casos diarios han superado los 2.000 y las muertes rondaron el centenar, dentro de una tercera ola que azotó al país desde mayo y que dejó récords de 124 decesos y 3.839 nuevos contagios, los peores registros en toda la pandemia.
Hasta el momento, se han vacunado contra el COVID-19 más de 586 mil personas con ambas dosis de las vacunas, mientras que 1.645.289 recibieron las primeras dentro de la estrategia gubernamental de inmunización que ha alcanzado al personal de salud de primera línea, personas con enfermedades de base, periodistas, chóferes de transporte público, maestros y mayores de 40 años.
Auza precisó que hasta el momento el país ha recibido 3.016.050 dosis de la vacuna china Sinopharm, la rusa Sputnik V, de la farmacéutica Pfizer y la desarrollada por Oxford-AstraZeneca.
Bolivia tiene más de once millones y medio de habitantes, de los que las autoridades calculan que unos 7,2 millones son el grupo susceptible que recibe las dosis de acuerdo con un calendario por edades.
Uno de los problemas que ha vuelto a afrontar el país en la tercera ola ha sido la insuficiencia de oxígeno medicinal, ante lo cual el país tuvo que importarlo desde Argentina, Chile y Brasil.
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Anteriormente, el presidente boliviano, Luis Arce, aseguró el domingo que su Gobierno comenzó a diseñar “una estrategia no solamente para pasar esta tercera ola, sino para prepararnos para la cuarta”.
Dentro de esta estrategia, los ministros trabajan “para garantizar una producción de oxígeno boliviano” en industrias estatales mineras o de hidrocarburos que se puedan adaptar “con algunas modificaciones e inversiones”, explicó.
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