Argentina está consternada por la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien debía declarar la tarde de este lunes ante el Congreso por su acusación contra la Presidenta Fernández en el marco del caso AMIA.
Nisman, quien estudió en la Universidad de Buenos Aires y en sus primeros años de carrera como abogado trabajó en los Tribunales de Buenos Aires, estuvo a cargo de la investigación del peor atentado de la historia de Argentina por 10 años. Durante esa década, recabó antecedentes sobre el ataque de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, en el que murieron 85 personas.
Durante el año 2004 comenzó a encabezar la causa del atentado, en una unidad especial de investigación tras ser designado por el presidente Néstor Kirchner. A partir de ahí, avanzó en la pista de investigación que vinculó la autoría del ataque con funcionarios iraníes y de la organización Hezbolá. Una situación que cortó los lazos comerciales con Irán, pero que se solucionó con la firma de un memorándum de entendimiento.
El fiscal, especialista en terrorismo internacional, de este modo denunció al gobierno de Fernández, incluido el canciller Héctor Timerman, de generar este acuerdo firmado en 2013 con el gobierno de Irán, para proteger y encubrir a los responsables del ataque.
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