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Desde que ha comenzado el proyecto que prohíbe las bolsas plásticas ya nos hemos ahorrado mil millones de ellas. Así señala Soledad Acuña, vocera del movimiento “Chile sin plásticos” de Greenpeace.

La medida pasó a ser obligación para el retail y el comercio desde este domingo 3 de febrero, lo que es “un tremendo triunfo y tremendo cambio cultural”, aseguró.

En ese sentido, Soledad señaló que ahora hay que enfocarse en el control de los “plásticos de un solo uso”, aquellos que sirven de envase de otros productos y que son inmediatamente desechados. Su descomposición, sin embargo, podría durar más de cien años.

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“La solución de las bolsas plásticas no es la solución a la contaminación con plástico, y tenemos que apuntar a mucho más“, explicó Soledad Acuña.

Serían al menos una decena de productos que se consideran en la categoría de un solo uso, por lo que “tenemos que continuar con la ley y no quedarnos ahí”.

Si bien el fin de las bolsas plásticas comienza por las grandes tiendas, en agosto del 2020 ya alcanzaría al comercio de pequeñas y medianas empresas.

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Uno de los puntos en discusión es la fiscalización de esta normativa. Bajo la nueva ley, serán los municipios los encargados de velar por el cumplimiento de esta.

Algo que también es necesario recalcar es que las multas serán aplicadas al comercio que entregue bolsas plásticas, no a los consumidores.

“La fiscalización no solo tiene que venir de las municipalidades, sino que también de los mismos consumidores. A eso apuntamos”, dijo la vocera.

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