Por Fernando Paulsen
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Estamos viviendo días difíciles por dos razones: porque no entendimos apropiadamente por qué se produjeron los hechos que llevaron al estallido social, primero, y al desastre de la Convención Constitucional, después.

El rector de la UDP, Carlos Peña, a su manera, trata de explicar hoy en una entrevista periodística, los porqué de cómo llegamos a este momento.

No es fácil. Nos hemos acostumbrado a buscar razones fáciles para problemas difíciles. Y hemos hecho de los clichés, de derecha a izquierda, un parche a la mano para explicar situaciones que no pueden describirse con trazos de caricatura.

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Discrepo del rector de su apreciación intelectual de la nueva generación, pero concuerdo con él en que las explicaciones de buenos contra malos están más cerca de la estupidez que del razonamiento. Y también concuerdo con que nos hemos acostumbrado a explicaciones fáciles, de blanco y negro. Que se hacen solo para poder tener un recurso retórico a mano, a la hora de debates y explicaciones. Y esto vale para todas las ideologías.

Buscar excusas en frases fáciles ha sido siempre un recurso de escape. Y cuando falta análisis serio y medidas de fondo, nos llenamos de clichés, frases hechas y sabelotodos con palabras de perogrullo.

Lo peor es recorrer caminos trillados sin más horizonte que romper el silencio con estupideces. Porque, como recomendaba Walt Whitman, “no discutas con gente estúpida, porque te arrastrarán a su nivel, y ahí te van a ganar por su experiencia”.

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