Esta semana circuló un video, donde los militares empleando una manguera de agua repelieron a un grupo de estudiantes del INBA que atacaban al colindante reciento del Ejercito. Este hecho, junto con otros casi 70 ataques en lo que va del año, muestra el grado de distorsión al que se ha llegado. ¿Dónde está el Estado de Derecho? Al menos en aquel recinto, que supone ser uno de los lugares más custodiados del país, no está.
La ola de violencia que traen los overoles blancos, con quemas de buses y lanzamiento de bombas molotov, tiene a las comunidades de varios liceos emblemáticos viviendo momentos oscuros. Un asunto que ya no da para más y que urge resolver.
Carolina Tohá dio una muestra de firmeza y su ministerio activó una ofensiva judicial contra los escolares que comentan delitos. Pues, “han afectado gravemente la seguridad pública” señala la querella que presentó a “todos quienes resulten responsables”. Además, anunció un plan para poder tener la evidencia necesaria para detener a aquellas pandillas juveniles. Es urgente poner fin a estas supuestas protestas reivindicativas que solo sirven de fachadas para cometer delitos.
“Hoy los colegios funcionan como cualquier tontera, menos como colegio” concluye un ex rector. Hemos destruido los liceos emblemáticos, parte de nuestra historia republicana, fuente de orgullo y movilidad social. Orden y reconstrucción, son vitales para fortalecer nuestra alicaída educación pública.
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