Por Fernando Paulsen
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Era difícil -y peligroso- asumir una posición discrepante al golpe de Estado, en los momentos inmediatamente posteriores al 11 de septiembre de 1973.

Belisario Velasco Baraona, junto a otros 12 DC, que eran opositores al gobierno de la Unidad Popular en ese entonces, firmaron, cuando el sonido de las balas y los misiles todavía resonaban en los oídos de los chilenos, una declaración que condenaba el golpe de Estado como solución de un problema político.

El grupo de los 13, como se llegó a conocer a aquellos políticos democratacristianos que condenaron el golpe de Estado, fue un acto de consecuencia para quienes pedían una salida democrática a la situación chilena de entonces, y también de enorme valor, dado lo que estaba ocurriendo en las calles.

Belisario Velasco Baraona fue uno de esos 13 y sus funerales se realizaron hoy. Hombre de esfuerzo, que no pudo llegar a la universidad, porque debió trabajar apenas salido del colegio, para paliar la pésima situación económica en que se hallaba su familia.

Tuvo muchos cargos públicos, llegando a ser ministro del Interior y vicepresidente de la República. Conocía los medios, fue director de Radio Balmaceda y miembro del directorio de Revista Análisis durante la dictadura.

Belisario creía en la amistad cívica y la practicaba. Su arco de amigos y contactos parecía una Wikipedia de todo el espectro político.

Relegado a Putre en dictadura, no perdió la cercanía ni siquiera de quienes apoyaban su castigo. En dictadura, no dudó en levantar la voz cuando consideraba que era necesario, y también lo hizo como ministro del Interior de la Concertación, cuando le tocó enfrentar la violencia de grupos de ultraizquierda en democracia.

Belisario Velasco Baraona, ha sido una larga y apasionante marcha, descansa en paz.

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