Más de 5 mil personas participaron de la cita cultural desarrollada el jueves pasado en la explanada del Metro Estación Baquedano, en la que más de 150 artistas ofrecieron la significativa pieza musical de Beethoven, la Novena Sinfonía.
Quiero felicitar a la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, por haber organizado este concierto que es un hito, sin duda. Un hito mayor dentro de estos últimos tres años, en que la cultura y las artes se toman el espacio público para cautivar al público y hacer posible una experiencia multitudinaria y compartida de goce estético. En una zona de Santiago donde ha habido tanto conflicto, los músicos trajeron más que un respiro: mostraron que es posible estar juntos, disfrutar juntos, y enfrentar de esa manera los desafíos que tiene nuestro país.
Este concierto revela el poder del arte y la cultura para mostrarnos otros caminos, otros modos de convivir y de vivir. Y esto es más simbólico aún porque los artistas en todo el mundo y en Chile, estuvieron tan golpeados por la pandemia. Su propio oficio estuvo en tanto riesgo y mostrando su fragilidad económica y laboral.
A pesar de todo, ahí están. Tocando la novena sinfonía con majestuosidad y excelencia.
Felicito, entonces, a la rectora y a las demás autoridades: las alcaldesas, y gobernador, todos juntos en ese espacio, mostrando que una forma de convivir en la diferencia sí es posible y que, a pesar de todas las dificultades, hemos avanzado hacia allá. Quizás más de lo que nos damos cuenta.
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