Por Paula Escobar
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Partamos con una buena noticia. Fue promulgada la Ley de Conciliación, que tal como dijimos aquí mismo, estuvo en riesgo. Pero primó la cooperación y se aprobó transversalmente que quienes cuidan a menores de 14 años, hombres y mujeres, puedan teletrabajar y tener otras facilidades.

Bien por Chile.

Pero ahora la mala noticia: seguimos entrampados con la sala cuna universal. Lleva más de una década de tramitación, pero a pesar de que ya hay amplio consenso en aprobar, no logra ver la luz.

Hoy es parte de la nueva propuesta previsional, en que el Gobierno ha planteado destinar un punto de cotización para sala cuna y para aumentar la formalidad laboral de las mujeres. Está muy bien como objetivo, pero esta idea desgraciadamente ha caído bajo el fuego adversarial del parlamento, y es parte de la compleja negociación por pensiones.

Ya hay consenso que dejar atrás la injusta situación actual de que solo sea un derecho para mujeres que trabajan en empresa de más de 20 empleadas, lo que las discrimina y les dificulta su contratación. También hay consenso sobre la evidencia que muestra que es la política pública más eficaz para aumentar el empleo femenino, y que es necesaria para que niños y niñas estén bien cuidados. También hay consenso en que la educación y la estimulación temprana son claves en la vida de los menores.

Si en todo esto ya hay consenso, termino este minuto de confianza preguntando esto: ¿podrían ponerse de acuerdo en los próximos meses y, más allá de las trifulcas, hacer de la sala cuna universal una realidad en Chile?

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