Por Camila Morandé

Este 18 de marzo, la cantante madrileña Paula Cendejas tendrá en Chile su primer concierto fuera de Europa, en el marco del tour de su EP Contragolpe. ¿El lugar? Lotus Stage, en Lollapalooza, a las 18:45 horas.

El debut musical de Paula fue de completa autogestión: comenzó subiendo videos en los que interpretaba canciones de otros artistas a su cuenta de YouTube (Mía, de Bunny y Drake; Adán y Eva, de Paulo Londra; y Despacito, de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que tiene más de un millón de reproducciones).

La constancia que mantuvo en los covers rápidamente atrajo seguidores, los mismos que le permitieron cultivar un público que la ayudó a forjar un nombre propio en la escena musical española. Y hoy, sólo con un EP a cuestas, ha colaborado con artistas de la talla de C. Tangana, Piso 21 y Mario Bautista.

Pese a que cumplirá 27 años en abril, habla como si hubiese vivido muchas vidas. “Hay veces que lo pienso y no me lo creo. Esta mañana, justo, puse un mensaje en Instagram, porque me siento muy agradecida cuando me paro a pensar en que, hace cinco años, estaba en la ventana de mi casa en Madrid”, confiesa con emoción. “Nunca pensaría que iba a estar aquí hoy, que iba a colaborar con gente increíble, que iba a viajar, que iba a ir al Lollapalooza”.

—Estudiabas Administración de Empresas, una de las carreras más rentables en España. ¿Qué fue lo que te motivó a dedicarte a la música?
—Me di cuenta desde que era muy pequeña. Desde que tenía cuatro años cantaba en el coche con mis papás, me aprendía todas las canciones. Se me daba bien, me encantaba hacerlo. Me acuerdo que lo pasé un poquito mal en el cole y era mi manera de desinhibirme de esa mala vibra. Cuando cantaba, era como que me sanaba, ¿sabes? Drenaba toda esa mala energía. Siempre quise dedicarme a esto, pero no encontraba la manera. En mi familia, sobre todo por parte de papá, siempre han sido más tradicionales en ese aspecto. ‘Estudia, haz una carrera, ten ese trabajo asegurado y ya cuando tengas eso ahí, emplea el tiempo en la música’. Y yo decía ‘ya, vamos a ver’. Paralelamente, hacía lo que me gustaba, porque no podía evitarlo. Fue recorrer un camino: caerse, levantarse, error, acierto. Hasta que conseguí tener una carrera, dedicarme a ello. Pero ha sido de toda la vida. Yo diría que siempre.

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¿Qué te motivaba a elegir a ciertos artistas para hacer los covers?
—Tenía dos elecciones, por así decirlo. Empezaba con lo que a mí me gustaba, porque eran mis referencias. Por ejemplo, Rihanna. Al principio, cuando yo cantaba, no me convencía mi timbre de voz, lo sentía demasiado aniñado. Me gustaba imitar, y a la artista que más me gustaba imitar era a Rihanna. Era como mi ídola, fue un poco mi ‘profesora’ en ese aspecto. Y luego había como otro filtro que yo más o menos seguía, que eran listas de plataformas; de Spotify, de lo que fuera. Me metía y veía como ‘bueno, ¿qué está funcionando?’. Y siempre tiraba por el español. Es curioso, porque, antes, yo siempre cantaba en inglés. De hecho, me han ayudado mucho las canciones en inglés para aprender más el idioma. Luego le di una oportunidad al reggaeton, En ese entonces, en España era raro. Era como… nos gustaba, pero no tantísimo, y no fue hasta que empecé a hacer los covers que me empecé a enamorar de ese género.

¿Cómo se fue dando el proceso de pasar de cantar canciones de otros artistas a lanzar tus propias canciones?
—Ha sido un proceso difícil, porque yo venía de hacer covers y la gente me seguía por eso, me admiraba por eso, quería seguirme viendo hacer lo mismo. Es raro, porque, claro, tienes un público que te sigue y es fiel por eso, y de repente, cambias. Yo, como artista, reaprendí absolutamente todo, porque no tiene nada que ver hacer un cover de alguien, que, al final, es un tema que ya ha salido, con un tema tuyo, que es abrirte, mostrar tus vivencias, componer, interpretar lo que te sale. No es tan fácil. Me he preocupado porque la gente ya no me etiquetara, no hablara de la chica de los covers, sino de Paula como artista, pero igual como que ha llevado tiempo. Ya llevo tres años, es un tiempo largo y ha sido extraño reaprender, aceptar cosas. Aceptar que, por ejemplo, hay mucha gente que te seguía antes y que ya no te sigue, simplemente porque te seguía por eso y ahora no lo haces. Mucha gente se va, mucha gente viene nueva. Es como volver a empezar.

—Y en la evolución de descubrirte a ti misma, musicalmente hablando, ¿cómo definirías tu estilo?
—Es que creo que no tengo ni la definición exacta, ¿sabes? Yo, como persona, también soy muy cambiante. Estoy siempre en constante cambio y siempre quiero evolucionar, siempre tengo como mis géneros fetiches, que me gustan mucho, que siempre escucho y, al final, a la hora de meterme en un estudio, siempre me salen esas melodías. Pero sí que estoy intentando, como con los años, con los proyectos que voy haciendo, con el EP, ahora viene un álbum… como que siempre intento salirme un poco de lo que hacía antes, porque creo que es necesario. O sea, me hace falta salirme de mi zona de confort, innovar, investigar más en nuevos géneros, ver con qué me siento cómoda, con qué no. Yo diría que es como algo polifacético, quiero abarcar todo. Quiero que sea el género Paula. No quiero que digan ‘Paula hace boleros’, ‘Paula hace baladas’ o ‘hace pop’. Quiero que sea ‘Paula puede hacer cualquier cosa’, y creo que también es el momento perfecto de probar ahora con la pandemia, que hemos estado en casa encerrados. Antes quizá se etiquetaba más, y ahora siento que todo vale. Te puedes juntar con alguien de Corea y salir algo increíble, no hace falta hablar el mismo idioma, tampoco. Este momento, a pesar de que ha sido negativo en algunos aspectos, nos ha abierto a muchos las puertas, sobre todo a artistas emergentes, como yo, a innovar y a poder probar cosas nuevas. 

—Cuéntale al público chileno por qué debería escuchar tu EP “Contragolpe”. 
—Yo lo escucharía por lo que hay detrás. Este EP nació del confinamiento, nació de mi casa en Madrid. Yo vivía sola en ese entonces, porque ahora ya compartí piso, me mudé, tal… Pero nació de estar en mi casa, de ese momento como un poco de crisis existencial por el que pasé; porque, para mí, el confinamiento fue como un resurgir. Yo venía de trabajar con el mismo productor, de que él fuera un poco mi mentor y me separé de eso. Vino la pandemia y me vi sola en casa, y dije: ‘Vale, ¿y ahora? Nunca he compuesto nada sola, nunca me grabé sola. Sólo hacía covers. Okay, es el momento de agarrar las riendas de mi carrera y decidir qué hago’. Me compré micro, me compré todo el material y empecé. Me vi en un punto tan crítico a nivel musical, que dije ‘o lo saco yo, o nadie lo va a sacar’. Me sirvió. Además, los temas hablan todos de experiencias mías. Hablan desde el amor profundo, hasta el desamor más doloroso. Hablan de la superación también. Hay un tema que se llama ‘Por y para’, que, para mí, es muy importante. Habla de esa transición en la que te encuentras en esa crisis existencial -que me pasó a mí- y cómo vas floreciendo de nuevo, vas renaciendo. No te queda otra que salir pa’ ‘lante, porque amas esto, y hay que hacerlo sí o sí. Tiene un poco de todo.

—Usualmente los artistas graban muchas canciones y después escogen cuáles quieren. ¿Por qué elegiste precisamente esas siete? ¿Intentaste contar alguna historia?
—Yo quería que fuera muy conceptual. Que, saliera como saliera, tuviera mucha esencia mía, experiencias mías, contara cosas de verdad. Incluso, creo que, hasta un cierto punto, es demasiado personal, porque hay nombres de canciones que son directos para alguien. A mí me gusta hacer eso, no sé hasta qué punto (risas). Creo que en el álbum no lo haré tanto, porque luego tengo problemas. Es como: ‘¿Me has dedicado esto?’, y yo: ‘Sí’. Pero no puedo evitarlo, porque yo necesito inspirarme en cosas que me pasan. Por lo general, aunque yo me inspire de una situación externa, siempre tiene algo de mí, siempre cojo cosas que digo: ‘Vale, a esta persona le ha pasado esto, pero, casualmente, a mí me pasó lo mismo o se asemeja en cierta parte. Entonces, vamos a escribir también sobre lo que me pasó a mí’. No me costó mucho tampoco la elección, porque, al final, lo iba creando todo desde mi experiencia. Entonces, hasta que no estuviera segura al cien por cien, no quería hacer la criba y decir ‘es esto’. No deseché muchas canciones, como cinco o algo así. Pero no fue tanto, como que lo tenía bastante claro.

—En el plano local, ¿has escuchado música chilena? ¿Hay algún artista con el que te llamaría la atención colaborar?
—Me gusta mucho una artista que se llama Princesa Alba. También conozco a Soulfia. Conozco varias, sobre todo mujeres. Y yo creo que me encantaría colaborar con ellas dos, porque siento que necesitamos más apoyo entre nosotras, ¿sabes? Entre las mujeres en la industria. Y es verdad que, en los años pasados, surgió así y sí que hice más colaboraciones y más encuentros con artistas hombres, pero sí creo que es súper necesario ese apoyo entre mujeres. Me quiero poner como objetivo, y de hecho, ya lo estoy haciendo. No puedo contar mucho, pero sí que van a venir colaboraciones femeninas.

—Hablando también de colaboraciones, acá en Chile se escucha mucho a C. Tangana, que viene la próxima semana al festival Fauna Otoño. ¿Cómo fue el proceso de grabar la canción ‘Como habla una mujer’ con él?
—Guau, él es increíble; no tengo ninguna mala palabra para él, porque es de diez. Es una persona que es humilde, es simpática, es buena persona con la gente. Se implica en el proyecto del resto, cuando no tiene necesidad. Él tiene su carrera, su proyecto, y por qué se va a tener que implicar en algo que no le apetece. Entonces, si realmente se implica en algo, es porque cree en ello de verdad y tiene esa ilusión. Conmigo fue así. Conmigo le puso todo el amor del mundo, le puso todo el empeño. Compartíamos gustos musicales Alizzz, Tangana y yo, entonces, el día que nos juntamos en el estudio, fue muy orgánico, porque estuvimos compartiendo temas y enseguida sabíamos por dónde queríamos tirar. Trabajar con él en el estudio es muy interesante, porque se adapta muy bien y está muy centrado. Siento que ‘El Pucho’ o ‘El Madrileño’ que vemos de cara afuera tiene parte de él, por supuesto, pero él es más tranquilo. De carne y hueso. Que lo ves y dices: ‘Guau, qué artistazo’, pero luego es una persona normal también.

—¿Cómo se conocieron?
—Fue por Alizzz, el productor con el que yo estaba trabajando en ese entonces. Es su mano derecha, entonces, hubo ese nexo ahí. Me acuerdo que le conocí la primera vez no sé si en algún evento, pero luego quedamos en el estudio y él se implicó mucho. La verdad es que le estoy muy agradecida, porque es un tema que es de mis favoritos; por lo que significa, porque es con él, porque me parece bello, porque conseguimos ese sample que era súper complicado de conseguir y lo conseguimos al final. Y es el sample original de un bolero, entonces, era como… es como la pieza perfecta pa’ mí. 

—Ahora estás con ‘Contragolpe’, que es tu EP, pero a futuro se espera un disco. ¿Hay alguna preparación en curso? ¿Qué se puede adelantar?
—Puedo adelantar que estoy trabajando en ello. He estado los primeros meses del año trabajando mucho en temas en Madrid y aquí también. Estoy apretando mucho los tornillos para llegar y dar lo máximo de mí para sacar algo distinto, que tenga esencia Paula; que sea Contragolpe, pero mejorado. Como una parte nueva. Me gusta ir por proyectos y, en cada proyecto, en cada trabajo, dar algo distinto. Se viene ese álbum para este año, si todo va bien, y hay colaboraciones que son increíbles. 

¿Dónde te gustaría estar, artísticamente hablando, en cinco años más?
—A ver, yo tengo mis objetivos y mis sueños, obviamente. Me encantaría tener algún premio, eso sería como…uff, algo increíble. 

—¿Un Grammy?
—Un Grammy. Eso sería como ‘chao’. Pero, hace también no mucho, después de esta crisis como de pandemia y tal que sufrí, empecé a ir a profesionales y muchas veces, mi psicóloga me preguntaba ‘para ti, ¿qué es el éxito?’. Porque yo siempre le decía ‘quiero llegar, quiero llegar, quiero llegar’, pero me di cuenta que no tenía el objetivo claro. ¿Quiero llegar adónde? Muchas veces decimos ‘quiero triunfar’, ‘quiero que me vaya bien’, ‘quiero buenos números’, pero, ¿con qué finalidad? Me preguntó eso y me dejó descolocada, porque no sabía qué objetivo tenía yo. Y pensando, yo dije: ‘Con dedicarme a esto, estar bien, estar estable, poder disfrutar de los viajes, de conocer gente nueva maravillosa, de estar en el estudio’. De nutrirme de esas experiencias y ver otras perspectivas de la música con otros artistas que te enseñen a hacer cosas nuevas, nuevos géneros, salirte de tu zona de confort. Compartir esas experiencias para mí ya es como lo más. Nunca pensé que me iba a dedicar a esto tan al cien por cien, entonces, pa’ mí, eso es lo mejor. Sí me encantaría un premio, obviamente, ¿a qué artista no? Pero simplemente como mantenerme. Evolucionar, pero siempre estar dedicándome a esto, pa’ mí es ya un goal

—Tu show en Lollapalooza va a ser el primero que vas a dar fuera de Europa. ¿Qué podemos esperar?
—Vengo con mi banda maravillosa, vengo con dos bailarinas. Y va a ser un show que va a formar parte del Contragolpe Tour, entonces, va a tener muchos temas que vamos a tocar de Contragolpe, mi EP. Y en general, es un reto para mí, porque es enfrentarme a un escenario gigante. Hay mucha gente que viene a verme, que me ha escrito, y me explota la mente. Hay muchas sorpresas, momentos muy especiales, momentos de baile. Varias cosas que van a hacer que la gente esté siempre atenta, que es lo que yo quiero; que, al final, la gente que viene porque me conoce, lo disfrute muchísimo y pueda ver todas las Paulas, todos los diferentes temas en sus géneros y todo. Y también para la gente que no me conoce, pues que me conozca y diga ‘ojo, me gusta’. Va a tener de todo. 

—Como artista, ¿cómo es el proceso de preparación para un festival tan masivo como Lollapalooza? Donde igual va gente que no te conoce, a la que tienes que impresionar. En cuanto a ensayo, vestimenta, ¿cómo es el proceso de preparación?
—Ha sido de meses. Empezamos los ensayos hace como dos meses. Ya no sólo para los Lollas, sino para toda la gira, porque yo justo ya empezaba a viajar, entonces, no teníamos tanto tiempo. Desde la dirección musical, también he intentado involucrar mucho a toda mi banda, para que todos amemos esto y tengamos las mismas ganas de salir al escenario. Ha sido muy duro, mucho trabajo, estudio, presión, pero lo disfruto. Al salir al escenario, como que se te olvida todo eso; estás centrada en disfrutar, en que la gente disfrute. En vivir la experiencia que es subirse a un escenario, que no pasa todos los días. Entonces, ha sido duro, pero va a merecer la pena, así que todo bien.

—¿Cómo te llegó la invitación a Lollapalooza? ¿Qué sentiste?
—Es curioso. Estábamos cenando, casualmente estaba con unos amigos y con mis mánagers. Una cena normal, de pasarlo bien. Y de repente, vi que mis dos mánagers estaban ahí hablando, mirando el teléfono sorprendidos. Y dijeron ‘Pau, te tenemos que decir algo’. Me pongo tensa, porque no sé si es bueno o malo… o sea, veía sus caras como de bueno, pero nunca sabes (risas). Entonces ya me incorporo y digo ‘a ver, ¿está todo bien?’. Y me dijeron ‘vas a los Lollas, a los dos. Vas a Chile y Argentina’. Y yo me levanté de la mesa y dije ‘no puede ser, no puede ser’. Me volví loca, porque, jolín… que ya mi primer tour esté en los Lolla es impensable. Es lo que te decía antes, que nunca te imaginas eso. Para mí, los Lolla se veían como algo muy lejano, ‘en muchos años ya lo conseguiré’. Pero hacerlo con mi primer EP es un sueño. Me quedé impactada, sin palabras, y dije ‘hay que empezar a preparar todo desde ya, porque tiene que ser increíble’. Es un recuerdo que me guardo siempre.

—¿Te gustaría, más adelante, dar un concierto propio en Chile?
—Me encantaría. De hecho, para el año que viene, seguramente con el álbum haremos gira. Latinoamérica es mi intención. Hacer España y Latinoamérica.

—Me contaste que llegaste a Chile hace dos días. ¿A dónde has ido y qué te ha gustado? ¿Qué te ha llamado la atención?
—No he conocido mucho. Yo, la verdad, es que me he dejado guiar. He ido con mi mánager, ella va con el teléfono así y dice ‘vamos aquí’ y digo ‘venga, vale’. Y sólo he comido, es que me encanta comer; todo lo planeamos en función de un buen restaurante. ¿Está aquí? Pues, okay, vamos a dar la vuelta por ahí, conocemos eso y luego ya vamos a cenar. Fuimos a La Terraza, que es como mítico, y… Cómo se llamaba esto… ¿Sangúche, sangu…?

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—El sánguche.
—¡El sánguche! ¡Eso! Comimos eso, pedimos uno de esos. No me lo pude acabar.

—¿Por qué La Terraza? ¿Por el presidente Boric?
—No lo sé. O sea, a mí me dijeron ‘vamo’ allí’. Que es ‘tenéis que ir, es el típico sitio al que hay que ir’. Y dije ‘va, pa’ ‘lante’. Y me tomé mi zumo de mango y el sangú… (Hace gesto con las manos para que se le ayude a terminar la palabra).

Sánguche.
—¡Sánguche! No sé por qué digo sangúche (risas). ¡Sánguche! Me comí el sánguche y el zumo de mango. Y yo feliz, porque amo comer. Vamos a comer a un montón de sitios siempre que podemos. Tenemos una lista de musts donde tenemos que ir; he paseado por el barrio, por el hotel, por la piscina también. Es bello, me encanta. Me ha gustado mucho. 

—¿Tienes algún mensaje para tus fans chilenos?
—Espero que me vengan a ver al Lollapalooza, disfruten mucho del show y gracias por el apoyo siempre incondicional. Hay gente que me lleva siguiendo desde que empecé con los covers y, para mí, eso es demasiado especial. Lo que te decía antes: ha habido mucha gente que se fue, pero la gente fiel que realmente ha estado siempre ahí, después de seis años, es la que yo realmente valoro. Tengo muchas ganas de verlos a todos.

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