“Se le nota que está soltera y seguirá siendo soltera”, así contestó el Intendente del Maule a una periodista que le reclamó llegar atrasado. Positivo que Pablo Milad se disculpó con Matilde Carrasco. Dijo que repitió una de esas frases hechas sin pensar y que estamos en medio de un cambio cultural.
Cierto, su frase es la mejor muestra de cuan arraigado hasta el inconsciente está el machismo. Eso de “se le nota que está soltera” alude a la clásica imagen de que la mujer sumisa consigue marido y que conseguirlo es la máxima meta de la vida femenina. Eso y tener hijos.
Y es esa cultura la que nos relega a roles secundarios, la que naturaliza desde la violencia a las diferencias salariales.
Está en todas partes. En la icónica muñeca inflable con la boca bien tapada que los políticos recibieron muertos de la risa; cuando parlamentarios bromearon que la guagua de Karla Rubilar, a quien estaba amamantando invitara, a tomar tecito; cuando a la diputada Cicardini le dicen Ricardini; o que Camila Vallejo solo da para un concurso de belleza; cuando se lapida a Marcela Sabat por participar en un concurso de baile pero se aplaude a Pepe Auth disfrazado de rockero en un programa de TV.
Si las altas autoridades lo viven, qué creen que padecen todos los días las mujeres en este país. Todas: doctoras, asesoras del hogar, periodistas.
Por eso es importante que las jóvenes hayan salido a las calles, por eso es clave que se avance en una educación no sexista, por eso es vital la igualdad al interior del hogar. Porque nuestro futuro se está jugando en las salas de clases y en las casas. Ah, y para los que les moleste: no, no les estoy poniendo color.
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