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Una mujer de 29 años. Katie Bouman fue clave para captar la famosa imagen de un agujero negro que ha revolucionado la ciencia.

Esta ingeniera creó el algoritmo que permitió procesar y limpiar los datos de 8 centros de observación, una cantidad impresionante de terabytes que conformaron la imagen.

Quiero destacar a Bouman en medio otras noticias que coparán los titulares, porque ella es un ejemplo inspirador para hombres, pero sobre todo para mujeres.

Para que las niñas tengan referentes femeninos en todo tipo de profesiones, también en ciencias. Para que desde chicas se convenzan de que ellas pueden.

Aunque tengan 30% menos de posibilidades de recibir un juguete científico, aunque entre los 5 y los 17 años realicen 50% más de trabajo doméstico que un niño. Aunque un decano de ciencias de la USACH diga que el 8M no tiene sentido y les pida mejor compartir un jugo y unos alfajores de esos que compra la Francisca. Aunque no las acepten en el Instituto Nacional.

Que a esas niñas no les digan lo contrario: pueden ser las próximas Katie Bouman. Ojalá lo sean con la cancha más pareja.

Que sepan que su nombre y su apellido pueden recibir el reconocimiento que merezcan, no como María Skłodowska. Así se llamaba Madame Curie, esposa de Pierre Curie. La misma a la que no querían dar el Nobel junto a Pierre; hasta que él amenazó con no recibirlo.

Porque olvidamos durante siglos a demasiadas mujeres, es importante relevar a otras como Katie Bouman. Porque hay mujeres y seguro habrá más.

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