El primer foco de luz de la Nación tiene medio gastadas las baterías. Alumbra menos y atrae a menos estudiantes de lo que hacía antes.
Me refiero al Instituto Nacional que tuvo este año un 20% menos de postulantes y sólo 12 quedaron en lista de espera.
La Ministra Marcela Cubillos manifestó su preocupación, dijo que hay que recuperar esta institución y atribuyó la baja en postulantes a los paros y la violencia.
Sin duda que esos son factores relevantes, pero no son los únicos. Ésta y otras instituciones públicas llevan décadas a la baja en número de postulantes y el sistema público e su conjunto bajando su matrícula total.
Tanto que en algunas comunas ha sido la llegada de alumnos migrantes la que ha atenuado la caída.
En el gobierno pasado se criticó que en pos de temas de acceso se había postergándola discusión sobre calidad y sobre la recuperación de la educación pública. Antes acceso y ahora violencia, materias necesarias de abordar pero que de alguna manera han dejado fuera de debate cómo los colegios antes municipales, en el futuro estatales pueden entregar de eras educación de calidad, al nivel de los colegios privados.
Hay que discutir, imaginar, pensar a largo plazo con medidas que a ningún gobierno le rentarán para la siguiente elección porque los cambios profundos demoran décadas.
Y si se trata de imaginar, al menos yo imagino un Instituto Nacional bien diferente del de hoy. Con alumnos críticos, con ciudadanos preocupados de su país, pero con más diversidad en sus salas.
Un Instituto Nacional mixto, que reciba a niños con discapacidad física e intelectual, sin selección por notas. O sea, un colegio que pueda educar a cualquier estudiante, en el que entrando en sus salas y poniendo mucho esfuerzo pueda transformarse en un alumno de excelencia. Ése sería un verdadero foco de luz para la Nación.
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