Ya ayer era bastante indignante la noticia aunque pasó bastante desapercibida. Estafó por 65 mil millones de pesos a 3.500 personas y Patricio Santos, dueño de AC Inversions, logra un acuerdo con el fiscal Felipe Sepúlveda para una pena de cárcel efectiva de 5 años. Ojo, de los cuales ya ha tiene cumplidos la mitad.
Y como con mitad de pena cumplida se puede lograr la libertad condicional, en cosa de meses el señor Santos podría estar caminando libremente por las calles.
Es una de las mayores estafas de la historia de Chile que comprueba el buen negocio que es en este país ser delincuente de cuello y corbata, pero anda a robarte un chocolate en un supermercado. Vale recordar que uno de los presos de la cárcel San Miguel que murió calcinado había pirateado un CD.
Hoy nos enteramos por los abogados querellantes de la insólita explicación del fiscal Sepúlveda: no se fue a juicio oral porque la Fiscalía no tenía el equipo técnico necesario. Si es así uno esperaría una queja pública indignada del persecutor y de sus jefes y no un acuerdo impresentable.
O sea, hay equipos especiales para los clásicos portonazos, pero para estos grandes portonazos, para esos… hay acuerdos. Insólito. Como dijo la hermana Nelly, la ex capellana de Gendarmería, en Chile se encarcela la pobreza, porque en Chile la posibilidad de estar tras las rejas es inversamente proporcional al tamaño de tu billetera.
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