Por Fernando Paulsen
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Lo hicieron en foros anteriores y no les dieron bola. Lo volvieron a hacer esta semana, en el foro económico mundial de Davos. Esta vez fueron más de 260 personas los que pidieron lo que parece el mundo al revés.

Porque esos 260 son multimillonarios y lo que están pidiendo, es que les cobren más impuestos. Sí, tal como lo oye: piden a sus gobiernos que suban los impuestos a quienes -como ellos- tienen lo que denominan una riqueza extrema.

No es primera vez que esto se plantea y ahora existe una organización de superricos, llamada “Orgullosos de pagar más”, que está detrás de esta idea.

Por cierto que el grupo tiene detractores, que consideran la idea como un obstáculo para que las empresas puedan funcionar y producir sin trabas del Estado.

Quizás lo más interesante de esta iniciativa es la visión de que las desigualdades extremas en los países terminan siendo combustible para crear un ambiente polarizado permanente y, con ello, se torpedea la democracia.

Por cierto, hay argumentos, particularmente de asociaciones empresariales, que consideran esta idea como naive e impropia. Que puede aumentar la evasión y la llevada del patrimonio a paraísos fiscales.

Sin embargo, otra vez en un foro económico mundial, un grupo cada vez mayor de superricos advierte que la extrema concentración de riqueza es como un catalejo que permite mirar al futuro. Y lo que ven no es armonía ni orden. Y piden contribuir más. Aunque muchos de sus amigos y colegas se destornillen de la risa ante lo que consideran una brutal ridiculez.

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