El ex seminarista y denunciante de la Diócesis de Valparaíso, Mauricio Pulgar, se reunió este lunes con el obispo de Malta, Charles Scicluna, junto a otros cinco denunciantes y dos abogados.
En la Entrevista de Tomás Mosciatti, Pulgar dijo que Scicluna “tiene muchas buenas intenciones pero está amarrado de pies y manos”.
“Tengo entre desilusión, frustración y amargura”, indicó, argumentando que “en este momento no hay ninguna estructura para acoger de verdad a las víctimas”.
Pese a ello, rescató las buenas intenciones de Scicluna y contó que se puso a llorar cuando escuchó sus testimonios.
EL PAPA
“No estoy tan seguro que el Papa tenga en este momento todas las facultades para poder ejercer libremente lo que él cree que hay que hacer”, señaló el ex seminarista, quien cree “que peligra su papado, lo pueden sacar en cualquier momento”.
Pulgar sostuvo que “hay un movimiento que empezó en España” para destituir a Francisco.
El denunciante aseguró que si el Papa lo invitara a Roma, él no iría. “Él tiene que venir a Chile”, dijo.
AMENAZAS DE MUERTE
También sostuvo que tanto él como otros denunciantes han recibido cartas con amenazas de muerte. Amenazas que no se habrían quedado solo en el papel: “Me intervinieron el auto, el mecánico logró encontrar las dos partes donde cortaron con gillette los sensores para que el vehículo no frenara”, comentó.
Y culpó directamente al obispo emérito de Valparaíso, Gonzalo Duarte, de amenazar de muerte a algunos denunciantes con las siguientes frases: “el hilo se corta por lo más delgado” y “tienes que pensar en tu familia”.
ABUSOS
“Hay presbíteros que están usando drogas para ejercer la violación”, acusó al final de la entrevista Pulgar, quien recordó su propia historia: “Yo fui violado por el sacerdote Humberto Enríquez”.
El denunciante asegura que “hay más de 20 sacerdotes que podrían denunciar”, eso sin contar los ex seminaristas y los laicos, con lo cual las denuncias subirían a más de 50.
“Marcelo Soto fue abusado por Humberto Enríquez. Si hubieran escuchado a Marcelo Soto en el año ’92, Humberto Enríquez no me habría podido violar“, acusó.
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