¿Qué es el “nuevo realismo”? Es la aceptación de que no existe una forma de entender el todo. Dicho de otro modo, existen leyes para explicar la medicina o la economía, pero no existe una sola ley para explicar toda nuestra realidad. Existen planos de realidad. ¿Y qué significa esta idea? ¡Que el mundo no existe!
¿Cómo? ¿El mundo no existe? Es que no hay tal cosa llamada «mundo», sino elementos separados que forman parte de nuestras experiencias y que nosotros sí podemos explicar.
Este concepto es acuñado por, entre otros filósofos, el alemán Markus Gabriel, quien a los 29 años se convirtió en el profesor universitario más joven de Filosofía en toda Alemania. A los 38 años, enseña la cátedra de Epistemología en la Universidad de Bonn y cuenta con diversas publicaciones, entre ellas el libro que destaca el nombre de su planteamiento: «El mundo no existe».
Solo existen disciplinas con alguna relación. Solo existen hechos de la vida con alguna relación, pero no existe el holismo (es decir, la creencia mundana de que «todo tiene que ver con todo»). Esto desactiva ideas como el llamado efecto mariposa, es decir, que una cosa puede provocar otra, a través de una correlación forzosa entre dos hechos. Parafraseando a los economistas, el caso de que una tos en Estados Unidos podría provocar una neumonía en Chile.
No podemos entender todo el campo de nuestra comprensión. Según Markus Gabriel, esto sería como si existiera «Google Universo». No existe una herramienta que nos explique el universo a través de una búsqueda. Eso hace que siempre nos estrellemos con los límites del conocimiento que tenemos hasta ahora.
Por ejemplo, lo inacabado e inabordable del concepto «mundo» hace que la gente creyente se refugie en dios. Eso explica que tenga sentido la existencia de dios. Para el filósofo alemán, «dios es la idea de nuestra capacidad de entender cómo son las cosas y los hechos». Esa idea universal de dios puede resolver en los creyentes puntos inacabados de la comprensión del universo.
Porque para un fiel, dios existe; pero para Markus Gabriel, el mundo no existe.
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