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La célebre escritora española, Irene Vallejo, escritora de “El infinito en un junco”, conversó con CNN Magazine sobre su libro, un ensayo que trata sobre la narración de los libros en el mundo antiguo.

La escritora visitó Chile por primera vez a comienzos de noviembre. El día 7 participó en un conversatorio en el Campus Lo Contador de la Universidad Católica, y el 10 de noviembre estuvo presente en La Ciudad y las palabras y del Festival Puerto de Ideas, en Valparaíso,

“El infinito en un junco” no es solo la historia de un libro, sino que la historia de lo colectivo, dice Vallejo. “Para mi es muy importante destacar que aunque leemos muchas veces en soledad, y podemos estar en nuestra casa sin compañía y en silencio, aún así es un acto profundamente colectivo porque entramos a la mente de otras personas. El hecho de ser lectores y lectoras nos ayuda a construir comunidad”.

Por ello, a través de la literatura “estamos tejiendo vínculos muy profundos con otras personas, con sus problemas, con sus retos, con sus miedos, con sus pasiones, y eso nos hace ser, en un sentido más profundo, parte de esta comunidad humana”.

“Me sostuvo la lectura”

La escritora también hace un viaje por su niñez, cuando sufrió de acoso escolar. Tiempo en que los libros se alzaron como un motivo para salir adelante.

“Quienes me sostuvieron fueron los libros, yo en los libros descubría personas que se parecían a mí. Entonces pensaba, quizás ahora no me comprenden mis compañeros, no entienden mis inquietudes, mi sed de aprender, mi deseo de dedicarme a la literatura, pero estoy segura de que más adelante encontraré a personas como las que escriben estos libros”, advirtió.

“Las mujeres fueron las primeras narradoras”

Vallejo también se refirió a sus inicios en la narración, mencionando a su madre como la persona que la impulsó a escribir. Según, dijo, hay una importancia en “reivindicar a mujeres que han quedado muchas veces anónimas, que en su momento publicaron y después fueron olvidadas”, o también a otras que nunca tuvieron la oportunidad de publicar.

“Las mujeres fueron las primeras narradoras de la historia”, expresó. Agregando que las mujeres “siempre han sido guardianas de la memoria, la han transmitido de generación en generación”.

La escritora hizo el punto en que en la lectura y en la escritura hay términos que tienen mucho que ver con la metáfora del textil, por ejemplo, el tejer un hilo, bordar una historia, el nudo de una historia, etc.

“Esa metáfora significa que en los tiempos remotos, habla de esa época en que mujeres se reunían para tejer juntas y al mismo tiempo creaban historias, comunidades espontáneas a través del relato”, explicó.

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